viernes, 30 de diciembre de 2011

Aterrizamos en Sao Paulo, donde se quedó mi jefe con la auxiliar de abordo, que era su amante y solía asistirlo en los viajes que hacía por negocios, una empleada apta para todo servicio.


Estabamos en la oficina de operaciones haciendo el plan de vuelo para volver a Rio con el segundo de a bordo cuando me llama aparte una de las secretarias. 
- Comandante ya que ud. va a Río no puede  hacerme el favor de llevar a una prima. No soy de pedir favores porque se que es demasiada responsabilidad para uds. Yo le pagaría el pasaje, a mi prima la asaltaron y se quedó con la ropa puesta.
- No tengo ningún problema y no le voy a cobrar nada, este viaje ya esta pago.
-Mil gracias comandante le debo una.
Le comuniqué la novedad a Steve, asintió de hombros, era una persona casi antisocial y de muy pocas palabras, lo necesario para cumplir con los check in a bordo.
 Apareció por un corredor  una morena salida de una revista de hombres: alta 1,78, pelo negro  largo hasta la espalda. Ojos negros en los cuales no se distinguían  las pupilas, espalda amplia y al igual que los brazos muy torneados, sus pechos cubiertos por un diminuto top amarillo  hacían que sobresalieran por arriba y por abajo quedando sus pezones cubiertos por una especie de antifaz ciego. Un mini vestido plisado que se levantaba por la parte posterior por el volumen de dos glúteos, voluminosos y de una forma exquisita.
-Hola comandante mi nombre es Tamara, gracias por este favor, me asaltaron y me quitaron todo el equipaje.
-No hay problema Tamara mi nombre es Xavier, Lo único que tengo que decirte es que primero vamos a Belo Horizonte y luego recién a Rio, es decir son casi 1000 kilómetros , mas o menos una hora y media cuarenta y cinco.
- Xavier, no tengo problema lo único que me interesa es llegar a mi casa.


Nos encontrábamos a 30.000 pies en la mitad de la distancia a Belo Horizonte,  buen tiempo para volar, conectado el piloto automático y a 20 minutos del siguiente control radial. Me levanté y le digo a  Steven
   -  toma el mando voy al baño, a buscar algo de comer y ofrecerle algo a nuestra pasajera. Me miró como sabiendo mi verdadera intención,  hizo una mueca de asentimiento y me levanté abriendo la puerta de la cabina. 
- Hola ¿que tal el vuelo Tamara?.
Estaba sentada en uno de los butacones con las piernas recogidas, sin zapatos leyendo una revista.
- Este avión es fantástico es de lujo, que comodidades que tiene.
Mis ojos estaban recorriendo sus largas piernas mirándole la entrepierna en la que no se observaba ningún color de braguillas. Nos miramos a los ojos y lejos de incomodarse, no cambió la postura me dijo:
- ¿este tapizado es de cuero verdadero?
- Si, es cuero no se si de gacela o ñu, pero tiene la propiedad de aparentar ser una piel humana de lo suave que es. Tamara quieres beber algo, también se que el catering coloca unos bocadillos.
- Si por favor me apetecería una cerveza y un bocadillo.
Destapé la cerveza la serví en una copa, cogí un bocadillo caliente, en un sobre de aluminio, las puse  en una bandeja y al agarrar los sobres de condimentos un sobrecito de salsa de tomate reventó manchándome los dedos.  Ya tenía la bandeja con la otra mano y le digo, 
-Tamara por favor alcánzame una servilleta que tengo los dedos manchados. Tamara tomó la bandeja la apoyó en asiento de al lado y me tomó la mano lamiendo la salsa, chupándome los dedos, al tiempo que clavaba su negra mirada en mis ojos, entreabría sus piernas sin nada debajo y me decía: - Una fantasía de siempre fue hacerlo en un avión y veo que se está por cumplir.
- Tamara siempre fue la mía pero no puedo, estoy piloteando esta nave y no puedo dejar al segundo demasiado tiempo solo; y ya debemos estar cerca de descender en Belo horizonte, pero te prometo que ni bien pueda, vendré y jugaremos un poco.
Se levantó me estampó un beso con gusto a salsa de tomate mientras que me agarraba por encima del pantalón....sí ya lo creo que vamos a jugar. Se bajó el top poniendo mis manos en cada una de sus tetas que no me cabían en la mano. Devolví el beso, tomé una bandeja con una bebida cola y entré en la cabina. toma Steven  te traje algo para comer. Me miró misteriosamente y se dedicó a cambiar en el navegador el posicionamiento de la aeronave para efectuar el giro  que nos depositaría en Belo Horizonte.


Aterrizamos y lo mande a la terminal aérea   a entregar los documentos que esperaba un personal de la empresa Y hacer el plan de vuelo. Debíamos esperar que operaciones nos enviara un vehículo para llevarlo y traerlo, y mientras hacía reposición de combustible. A los 20 minutos seguía esperando el vehículo y ya estaban terminando la reposición de combustible. Por fin llegó el móvil, el conductor bajó y avisó que lo llevaba y debía esperarlo porque habían 2 tripulaciones demoradas a las cuales debía llevar a la terminal.


Por fin se fueron... Me levanté y le saqué el top por arriba de la cabeza, mientras ella aflojaba el botón de su vestido que caía a sus pies. Acariciarla era similar a tocar una escultura, todos los músculos marcados y tónicos, las nalgas un banquete para los cinco sentidos, se arrodilló tomando mi pene en su boca y comenzó a mamarlo ora en la punta, ora en el fondo, jugaba con la lengua lamiendo la base del glande. Se sacó la polla de la boca y me miró y me dijo.
Tengo que decirte algo Xavi. mis padres eran muy pobres y vendieron mi virginidad cuando tenía trece años a un hombre con mucho dinero que tiene mas de sesenta años. Cada dos meses tengo que ir a un ginecólogo que constata mi estado, tengo 19 y a fin de año se cumple el plazo, me gusta el sexo pero no puedo follar por la vagina, te hago lo que tu quieras  y te doy lo que me pidas, pero no puedes penetrarme ni con los dedos.


Me senté con los pantalones bajos en un butacón y recliné el de adelante hacia el frente, la hice apoyar en el butacón reclinado, colocó sus pies a los lados de mis piernas, por lo cual tenía su trasero en frente de mi cara, con el dedo pulgar de la mano derecha le acariciaba el clítoris mientras que mi lengua iba desde su ano hasta su clítoris como un pincel, por momentos mas suave, otras aumentando la presión, entreabría los labios sólo para pasarle la lengua de plano. Le comencé a pasar la lengua por su ano en forma circular, introduciendo la punta de mi lengua y jugando con ella, le chupaba para volver a meter la lengua, humedeciendo y dilatando, luego ella se introdujo dos dedos al tiempo que humedecía la punta de mi polla. Fue bajando lentamente hasta empalarse por completo, nos movíamos como salvajes, ella inclinada y yo sobre su espalda tomando con ambas manos sus nalgas subiendo y bajando para dirigirle los movimientos y mientras ella se acariciaba.
-Tirate para atrás,me pidió; Recliné parcialmente la butaca, se recostó sobre mi pecho y levanto las piernas hacia  adelante, apretando con fuerza con su mano en el medio, hasta correrse suavemente, al principio, hasta que gritó salvajemente  moviendose lateralmente  hasta quedar exhausta. Lentamente se levantó, humedeció  una servilleta  con cerveza limpió  mi polla y la puso entre sus tetas, masturbándome con las dos simultaneamente o con un movimiento de vaiven entre una y otra. Empecé a gemir, me voy a correr, le dije, y en ese momento puso la boca en mi glande y comenzó a succionar y lamer mientras subía y bajaba las tetas en mi polla completamente cubierta... me vacié a borbotones sintiendo que los riñones se me iban por el conducto, me miró mientras se relamía tragándose todo... quedé desencajado, Tamara cogió su ropa se fué al baño mientras que yo intentaba recomponer la mía. 
Bajamos en Rio y cuando nos dirigíamos a la terminal puso en mi mano un papel que guardé en mi bolsillo. Me ofrecí a llevarla pero me dijo que su hermano la esperaba, nos dimos un casto beso de despedida.
Mientras me acomodaba en el coche que me llevaría a mi casa saqué el papel y decía.
"Xavi, gracias por traerme y hacer realidad mi fantasía, me gusto el sexo contigo.¡ Que tienes que hacer el primero de año que ya no seré mas virgen,? llámame este es mi movil........"

lunes, 26 de diciembre de 2011


Ese 22 de diciembre  aterrizamos en Moscú cerca de las cuatro y media de la tarde. Teníamos que pasar la noche para retornar al día siguiente, que con la escala que debíamos hacer en Paris a la media noche del 23 estábamos de vuelta. Todos los de la tripulación teníamos prisa  por volver y pasar la navidad con nuestras familias. Cuando aún no habían descendido todos los pasajeros tuvimos la mala noticia. El aeropuerto cerraba sus operaciones por temporal y  se pronosticaba un mínimo de 48 horas. Es decir que estábamos 2 tripulaciones, de la misma compañía, 28 personas varadas a la espera de la apertura del aeropuerto.
Nos trasladamos a 2 hoteles ya que la reserva que la empresa tiene  es para la tripulación entrante.
Pese al mito popular,  las tripulaciones no latinas difícilmente  generan relaciones sociales, los cambios continuos  a diferentes trayectorias hacen difícil el entablar una relación social con los sobrecargos o las auxiliares de a bordo. Con suerte con el segundo de a bordo y el mecánico podíamos tener la posibilidad de coincidir en otros vuelos.
Sólo el segundo de a bordo y yo teníamos los números de las habitaciones de la tripulación en caso que se presentara alguna novedad de urgencia.
Así que el quedar a cenar a una hora no necesariamente significa que todos estemos juntos y que nos sentemos en las mismas mesas.
Luego de una cena con muchas caras largas, me fui al bar del último piso a tomar una copa antes de irme a dormir, había poca gente a esa hora y  en la penumbra distingo a Roswitha una auxiliar de abordo alemana con la que había compartido algún trayecto transoceánico. Muy eficiente en su tarea y, por supuesto absolutamente aséptica y sólo con un trato profesional.
Me acerqué con mi copa, estaba sentada en una suerte de mesa alta y circular con sólo dos taburetes.  - Hola Roswitha ¿puedo?
-        Si comandante tome asiento.
 Hablamos de la mala suerte de tener que pasar navidad tan lejos de casa y rodeado de desconocidos, del trabajo y las horas acumuladas, de las anécdotas de otros vuelos, la botella de vodka que nos habían traído disminuía lentamente. El alcohol  la fue volviendo un tanto mas locuaz y sensible, me  contó que era madre soltera  con un hijo de dos años con el cual no iba a pasar la navidad, y en un momento le enjuague los ojos mientras silenciosamente sollozaba.  Es difícil el consuelo en esas situaciones porque arrastraba mi propia historia,  mi matrimonio no era nada mas que compartir una cama cada tanto, sin  poder compartir con mis hijos  los momentos mas importantes. No tenía lo que se dice un ánimo festivo.
Nos levantamos para dirigirnos a nuestras habitaciones 
En el ascensor ambos intentamos apretar el  diez, permanecimos en silencio hasta llegar a nuestro piso, y luego al bajar intentó sacarse los zapatos
– Son nuevos y me revientan los pies. Pero al hacerlo trastabilló viniéndose hacia delante,  pude sostenerla  con un abrazo forzado. Quedó apretada hacia mi y sentí sus lágrimas en mi mejilla – No me dejes sola esta noche por favor. Le sujete con una mano la barbilla y  le di un beso que fue el inicio de ponernos como una moto, la empujé contra la pared mientras nos comíamos las bocas. Le solté el pelo sujetando la cabeza desde la nuca con mis dos manos mientras sus cabellos se escurrían  entre mis dedos, se desprendió la camisa de su uniforme, al tiempo que sacaba del bolsillo de mi chaqueta la tarjeta. Ingresamos a los tropezones  sin desprendernos uno del otro, cayendo en la alfombra…- déjame ir al baño… se levantó y en el espacio de luz del baño … su silueta   dibujaba su cuerpo con unos senos pequeños y un trasero muy bien proporcioados. Se abalanzó sobre mí y mientras nos besábamos entremezclando nuestras lenguas, me aflojó el cinturón, desprendió el botón del pantalón y bajó el cierre.
La puse boca abajo mientras le masticaba suavemente la piel de la nuca, sintiendo que se erizaba, le besé los lóbulos de las orejas, mientras que con una de las manos le acaricié las nalgas, succioné y mordí suavemente sus orejas. Bajé por la espalda mordiendo y pasándole los labios por la columna rumbo a sus nalgas, me ocupé de los dos hoyuelos en la parte baja de la espalda, le pasé la lengua y los labios….se dio vuelta para ponerme boca arriba mientras agarraba mi polla endurecida y descendía su cabeza hasta meterla dentro de su boca, pasando la lengua por arriba y por abajo, alrededor de del capullo,  metiéndose los testículos en la boca, hasta que me dí cuenta que estaba a punto de correrme en su boca… la levanté la hice cambiar de posición y me entretuve lamiendo y sorbiendo sus pezones, mordiendo con un poco de presión hasta sentir su quejido en el límite del dolor….bajé por su coño depilado  con mis labios  tomé los suyos, mi labio inferior  pasaba lentamente por la parte baja de por su pequeña prominencia que se endurecía con las caricias, le metí la lengua luego lamí su clítoris: me sujetó  la cabeza moviendo frenéticamente su pelvis, le introduje un dedo hasta el fondo, luego le siguió otro y otro mas, le frotaba la pared superior sintiendo que comenzaba con un sonido ululante primero muy suave para después aumentar de volumen. Movía la pelvis de una manera casi violenta y comenzó a correrse en mi mano y en mi boca en un chorro continuo, era un verdadero manantial, tenía la mano y la cara empapada y seguía…-por favor seguí, seguí no te detengas no te detengas, así hijo de puta, trátame como a tu puta, ahora  follame, métela hasta el fondo…follame mas fuerte…  hazme sentir bien hasta el fondo,  rompeme el coño en dos…le mordía los pezones, me dio un empujón dejándome boca arriba y empezó una danza infernal con la pelvis  mientras se corría, mojando mi vientre y mis muslos… no te corras aún…por favor no te corras… pasó una pierna por arriba de mi cuerpo quedando con las dos piernas para el mismo lado y siguió moviendo su pelvis de manera circular y luego lateralmente… toma hijo de puta… tom…., ¡no dios otra vez!…y nos corrimos los dos,  quedamos exhaustos  acostados  tomando resuello, traspirados con un olor a sexo que colmaba el ambiente.
Desperté excitado, estaba soñando que me chupaban la polla, pero no era un sueño ahí estaba Roswitha chupando mientras tenía sus dedos dentro de su coño… como me gusta follar, fóllame de atrás, me puse de pié acercando sus caderas al borde de la cama y penetré su coño empapado, estaba tan lubricada que casi no sentía el roce, al instante se corrió nuevamente mojando la cama y la alfombra, me seguí moviendo mientras que le introducía lentamente un dedo en el culo.
-Por que os gusta a vosotros los españoles follar por el culo, no me gusta, me duele.
-Concéntrate solo en tu placer, acaríciate,
Dejé adentro la punta del dedo hasta que disminuyó la presión de su esfínter interno, y recién comencé a mover, lentamente el dedo para  adelante y atrás; cuando noté que estaba mas receptiva  le puse otro dedo mas, comenzó a mover la pelvis más rápido… hijo de puta… que  placer.. que me das…ostia… lo tengo por triple… le introduje el tercero… métemelo ya, ahora que me voy a correr…le introduje lentamente la polla mientras ella se introducía los dedos… no por favor…no, me corro… métela hasta el fondo muévete por dios… y sus gemidos guturales otra vez se transformaron en un largo grito.

El teléfono… abrí los ojos sin saber donde estaba, Roswitha estaba arriba de mi brazo, retire suavemente su cabeza, y contesté.
-Hola quien es
-Comandante son las tres de la tarde, avisaron que mejoró el tiempo tenemos que volver todos como pasajeros del vuelo hasta Paris. Vamos a llegar para navidad. Otra cosa, no  podemos encontrar a Roswitha, estamos preocupados, hicimos abrir la habitación y no durmió en su cama, pero está su equipaje, no sabemos que hacer. El encargado de vigilancia del hotel quiere hablar con ud. ahí sube va a su habitación…..

martes, 20 de diciembre de 2011


En el pueblo las navidades se festejaban visitando los belenes de los parientes y amigos y cantando  villancicos, esas mismas canciones que prolongados en el tiempo cantaban los abuelos a nuestros abuelos. Se recibía con pastas y refrescos a los niños, orujo, algún vino espeso y algunos bocadillos  a los grandes.

Gabriela era la madre del amigo de mi hermano, viuda a los 28, era una de las mujeres mas apetecibles  del pueblo.

Estábamos en su casa, era el atardecer y los crios bebian chocolate caliente.  
–Anda Xavi a ver si me das una mano que tengo que subir unas cajas al altillo.

Al altillo se subía afirmando una escalera a la pared posterior de la casona.

-        Mira que son pesadas, así que subo primero y tú me las alcanzas.
Subió unos cuantos escalones, cogí la primera caja  e iba subiendo apoyandola en los peldaños. Cuando levanté la vista ví por debajo de su vestido sus piernas morenas y sus nalgas torneadas y voluminosas, cubiertas por unas braguitas que poco sostenían de esa carne que parecía desbordar. Quedé fulminado y absorto en la contemplación de esa revelación, cuando sentí su grito.
-        Chaval que coños estas mirando niño pásame esa caja antes que se caiga.
-        Si Gabriela ya te la alcanzo.
Gabriela siguió subiendo hasta alcanzar el altillo, se introdujo mientras recibía las cajas que le alcanzaba. Cuando subí la última ingresé al altillo y ví que ella  ordenaba las cajas en un estante.

-        Eres un demonio chaval, así que me mirabas debajo de las faldas, que nunca viste unas bragas puestas?¿cuantos años tienes?, ahora bajamos los adornos de navidad y el belén.
-        Dieciseis. Dije balbuceando

No podía hablar, sentía mi cara ardiendo del rubor y lo único que atiné fue  abrazarla para pedirle disculpas por mi osadía, pero al hacerlo tropezó hacia atrás, cayendo ambos en un viejo colchón semienrollado. Mi cuerpo entre sus piernas y mi cara arriba de su par de tetas.
-        Que haces, pequeño degenerado, me agarró de los pelos con fuerza levantando mi cabeza, al tiempo que me cruzaba la cara de una cachetada.
-        Perdón Gabriela, tropecé.
-        Me tenía de los pelos  acercando mi cara a su escote. Así que quieres espiar a las mujeres, yo te voy a enseñar.
Puso mi cara entre sus dos pechos, al tiempo que soltaba unos botones de de su vestido. Yo no podía reaccionar, por un lado el dolor del tirón de mis cabellos, por el otro sentir mi cara, mi boca acariciando esa piel morena de sus pechos… empecé a desesperarme y comencé a besarle, buscando avidamente  sus pezones para succionarlos, buscando que alimentaran mi desazón, sintiendo como se  endurecían en mi boca.
-        Mira lo que me obligas a hacer chaval…
Siguió abriendo los botones de su vestido, mientras yo  intentaba abarcar su pecho con dos manos, succionando, buscando  la leche extinguida. Al llegar abajo con su mano tocó el frente de mi bragueta, desbotonando el pantalón, metiendo la mano hasta alcanzar la dureza de mi polla que latía.
Me tomó con una mano mientras que lentamente comenzó con un movimiento oscilante masturbándome profundamente, cambiando los movimientos. Luego comenzó a bajar mi cabeza que iba dejando un reguero de saliva en su piel, su ombligo… se bajó las braguitas y de pronto colocó mi cara entre sus pelos negros ensortijados.
Con la lengua chaval, saca la lengua, para arriba y abajo…. Si así….con la punta no con toda la lengua… si, seguí así… meteme un dedo… si … hasta el fondo, muevelo… no lo saques del todo…. por lo que mas quieras, así, mete otro dedo….ahhh como lo haces de bien chaval…
Estaba alucinado por el aroma de su sexo, nunca había olido nada que me hiciera sentir tan embriagado, tenía la lengua endurecida por el esfuerzo desacostumbrado. Dirigía mi lengua hacia su clítoris, la lamía como si en ello se fuera mi vida.
Sentía su coño empapado, levanté la vista y tenía los ojos cerrados mordiendo  su labio inferior, colorada la cara, jadeando.
Asi, asi… chaval… que bueno… no no cambies el ritmo… lame con un movimiento circular..si….asi….ahora lateralmente no aflojes la presión, no no pares… no te detengas… noooo.. mordía la palma de su mano derecha al tiempo que movia la pelvis dirigiendo sus movimientos con mi lengua. De pronto se detuvo, me agarró la cabeza subiendome y buscando mis labios, besandolos con deseperación… - abre mas la boca chaval, que hoy te voy a enseñar a besar bien, hoy te voy a enseñar como se porta un hombre. Me bajó con ambas manos el pantalón al tiempo que deslizaba sus manos por mis nalgas y se ponía en posición abriendo las piernas para que la penetrara, me atrajo hacia ella hasta sentirme en el fondo,  con ambas manos me subía y bajaba, moviendo las caderas de manera circular. Subía mi pelvis como intentando sacar mi polla del todo y con las piernas me atraía, con la mano mojada por sus propios jugos fue buscando mi ano y comenzó una caricia alrededor del orificio, yo estaba en la gloria, por arriba me besaba devorando mi lengua, el contacto de nuestros sexos en un movimiento perpetuo y su dedo que lentamente se introducía en mi ano, circularmente, hacia adentro, moviéndose mas adelante y diooooosss, mi cerebro discurría en borbotones dentro del sexo de ella que jadeaba y gritaba corriéndose en un chorro que mojaba mis muslos….

¡Me queréis explicar que coños pasa aquí!… 
la voz de mi madre, asomada al altillo, me hacía descender al séptimo infierno mientras intentábamos cubrir nuestras desnudeces.

lunes, 12 de diciembre de 2011

El ultimo juego

Teníamos trece años, nos veíamos en el verano en la Costa Brava, ya que nuestras familias coincidían cada año en el mismo lugar. Luego del almuerzo solíamos escaparnos yendo a la playa o en bicicleta a lugares mas alejados, huyendo del gentío.
Esa tarde su bicicleta tenia rota la cadena, así que se sentó adelante de costado e íba pedalendo hacia el Carrer de Guillola. En un momento se da vuelta y me dice: - me duelen mucho las piernas, dejame sentar en la punta del sillín. Cambiamos de posición y todo transcurría muy bien hasta que comencé a sentir el roce de su trasero en mi polla que, a pesar de mi vergüenza; se iba poniendo cada vez mas dura. Ella iba parloteando hasta que comenzó a sentir el roce y de pronto se detuvo. No me acuerdo el tiempo que transcurrimos en silencio, solo sintiendo ese roce que se tornaba cada vez mas placentero.De pronto ella pone los pies en los pedales y con la cara toda ruborizada dice: - Deja que pedaleo yo.
Bajé las piernas poseído de una excitación que me causaba dolor y pensando que ya pronto se aliviaría al evitar ella el roce, pero estaba equivocado, levantó su culo y lo acomodó para que ella pudiera sentir un frote mas dirigido. Nuestra marcha se había hecho zigzagueante, de pronto puso una mano por detrás y la introdujo por arriba del pantalón,sujetó mi polla y la dirigió hacia arriba. Entonces comenzó un pedaleo con el cuerpo inclinado hacia adelante subiendo y bajando las nalgas calzandose en mi polla. Siguió pedaleando hasta que en una curva siguió de largo hacia una arboleda y aterrizamos sobre una montaña de heno que amortiguó la caída.
Se arrastró hacia mi. Me cogió una mano y la deslizó dentro de sus braguitas por arriba de su coñito, marcandome el movimiento y el lugar del roce, con la otra mano soltó mi maltrecha polla y la comenzó a menear con una delicadeza y una experiencia que hizo que pronto eyaculara lanzando chorros de semen al aire y me retorciera de placer. En ese momento sentí como aumentaba el sonido y la profundidad de su respiracion, como su pecho y su cara se ponian de un color púrpura, y mi palma se mojaba de un jugo que manaba de su coño al tiempo que tomaba el comando de mi mano para dirigir la presión y la velocidad del frote.
Quedamos de espaldas sin pronunciar nada, solo sintiendo el latir de nuestros corazones desbocados por la experiencia. ¿Fue tu primera vez? - Si ¿y la tuya? No yo suelo menearsela a mis primos y ellos me frotan el coño, intentaron follarme pero no me gusta porque me duele. La próxima te comeré la polla. Cumplió su promesa y fue mi primera profesora de sexo: aprendí con ella a comerle el coñito y a frotar mi polla hasta correrme entre sus nalgas y aunque nunca follamos marcó el final de los juegos infantiles.

sábado, 3 de diciembre de 2011


La obligación de  llevar el avión a Fort Lauderdale para efectuar el recorrido mecánico de cinco años  fue el pretexto para escaparnos durante una semana a un punto casi perdido del planeta: Belice. 
Aproximadamente a unos 30 kilómetros hacia el oeste, existe una maraña de cayos, arrecifes que conforman unas pequeñas  islas  de aquellas a las que queremos huir cuando la vorágine de lo cotidiano nos aplasta.

Luego de una alucinante puesta del sol nos pusimos a asar un mero, regalo de uno de los pescadores de la zona. Encendimos unas brasas y envuelto en una hoja de plátano, rellenamos  el pescado con unos mangos y unas piñas  pusimos todo encima de las ascuas. 
Desnudos, con una botella de  ron negro, y un cigarrillo especial guardado para el postre, no podíamos pedir nada más.
El cielo despejado con miles de estrellas y una luna que pugnaba por salir. Era un escenario perfecto.
Su cuerpo sabía a sal y parada ante mí hundía mi boca en su ombligo, bajando lentamente, tanteando con los labios sus labios, pasándoles gentilmente la lengua, tomándolos suavemente con los dientes, succionando, introduciendo l mi lengua en su coñito salado. Levantó su pierna y la puso arriba de mi hombro. La tenía agarrada con las  dos manos de las nalgas, lentamente me fue empujando hacia atrás hasta acostarme en el piso, con su sexo arriba de mi boca, moviéndose circularmente buscando sus puntos de  placer mientras le lamía con la lengua plana su clítoris, me atrapó mi cabeza con sus muslos, impidiéndome mover; en ese momento mi boca sólo era un objeto para su placer, sentí que sus jugos se escurrían por mi boca mientras que con una mezcla de grito o lamento se corría. Seguí en la misma posición solo que esta vez mi boca se hacía cargo de su culo, lamiéndole la entrada, introduciendo primero la punta para luego dilatarla con el resto de la lengua. Le introduje primero un dedo, al cual le siguió otro. Mientras le metía los dedos, volví a ocuparme del coño Lara gritaba, la di vuelta, arrodillada y con el culo para atrás y arriba, mojándome con saliva la polla se la introduje despacio, primero la punta, sin moverme,  “dale hijo de puta fóllame hasta el fondo, mátame”. Me movía casi con violencia, ella tenia sus dos manos en su coño por delante mientras la bombeaba con furia por detrás, estábamos en lo mejor del polvo cuando al levantar la vista algo llamó mi atención:  veo en follaje y a veinte metros una pareja que nos filmaba, él estaba detrás de ella y sostenía una cámara mientras,por los movimientos, parecía que la follaba.
-        Lara la puta madre nos están filmando.
-        Si me di cuenta antes que me follaras por el culo, ¿los llamamos?
Los llamamos y se acercaron sonriendo disculpándose, ambos desnudos y bellos ella una mezcla de Walkiria rubia, alta con una tetas grandes y firmes, un vello color miel, un culo dibujado, unas piernas largas y unos labios carnosos y rojos de la excitación. El con el pelo largo hasta los hombros, barba rubia y ojos color turquesa y un pollón impresionante.
Dejó la cámara en el piso con la luz de filmación encendida. Me miró como pidiendo mi aprobación para acercarse a Lara que ya lo tenía de los hombros y lo apoyaba contra ella.

Ella me tomó de la mano y me llevó a la playa, me enjuagó la polla con agua de mar para luego ponerse de rodillas y comérmela. Se la metía hasta el fondo al tiempo que se ayudaba con la mano para dar movimientos circulares cuando la iba retirando de la boca. En  inglés con acento de Europa del Este me pidió que le haga lo mismo que le estaba haciendo a Lara, que no podía tolerar la polla del marido por el culo. La enculé despacio luego de trabajarla lo suficiente para que se mantuviera abierta, Follamos de costado lo cual me permitió acariciarle el coño. A lo lejos se escuchaban los alaridos de Lara mientras que la rubia se corría casi en silencio, aumentando el sonido de su respiración quejandose quedamente con un sonido gutural.  Quedamos acurrucados y acariciados por el agua del mar, hasta que nos quedamos dormidos. Desperté solo y con frío, volví a la cabaña, Lara dormía profundamente en una de las hamacas en la puerta de la cabaña, despacio me acosté detrás de ella y caí rendido.
A la mañana cuando nos despertamos fuimos a buscar a nuestros nuevos amigos. - se marcharon temprano nos dijo la mucama. Nunca supimos sus nombres ni de donde eran, quizás una alucinación que nos llenó de placer a ambos.



viernes, 25 de noviembre de 2011



Hacía poco que había dejado la línea aérea donde había trabajado desde mis 20 años, pero como las drogas, esto no se puede dejar; quizás por el grado de locura que tenemos.
Por intermedio de un amigo me contacté con un empresario brasileño, para ser piloto de un espléndido Citation Sovereign, una especie de Rolls Royce del aire. Un contrato de casi dos años, vivía en una cabaña al lado de la piscina de la residencia con una vista a la Bahía de Guanabara del maravilloso Rio de Janeiro. Volaba a distintas ciudades de Brasil  de acuerdo a la agenda recargada de este hombre.
Los puentes la dedicaba a la familia o bien hacían viajes de placer a lugares turísticos dentro y fuera de Brasil. Tenía como copiloto un norteamericano, de 26 años al cual tenía que entrenar, totalmente puritano y antisocial que solo estaba presente durante los vuelos para luego desaparecer en su Hotel en Leblón. Lo que se dice un completo  gilipollas para ponerlo de patrón oro. Eficiente en lo suyo y con mucha experiencia en vuelo, por lo que nunca entendí porque no era él el comandante de la nave.
El empresario tenía una hija de 26 años que estudiaba en Campinas (Sao Paulo) así que cada tanto debiamos ir a buscarla para pasar unos días con su familia.  Lara era divertida, una curiosa mezcla de Angelina Jolie con Paz Vega, con ritmo carioca en la sangre, una mujer maravillosa, que destilaba sexo por los cuatro costados. Hicimos migas enseguida y nos quedabamos horas al borde de la piscina conversando acerca de la historia de Europa, su idea era ir a recorrer el continente luego de recibirse de abogada. A la madre no le gustaba demasiado la idea de vernos demasiado juntos así que la llamaba todas las veces que la veía conmigo, que por supuesto le llevaba 20 años.
Una semana santa a la familia le apeteció  ir al nordeste a Fortaleza, asi que allá volamos a mediodía. Lara  por un examen no podía salir sino hasta la tarde por lo cual debía ir a buscarla a Sao Paulo. Es decir que iba a volar medio Brasil tres veces durante ese día y con una meteorología en el límite en la zona centro. Aterricé con una tormenta  que nos mantuvo 40 minutos dando vueltas en el aire.
Por lo tanto esa noche no podíamos volver.  Lara estaba en el aeropuerto esperándonos y nos llevó a un Hotel para pasar la noche, al despedirnos de Steven, me dice “te voy a hacer conocer la noche de Sao Paulo”.
- Lara tenemos que levantarnos temprano, debemos salir a las seis  para llegar  a Fortaleza temprano
-No te hagas problema que yo hablo con mi padre.
Fuimos primero a cenar y terminamos en un bar del Jardim Paulista, un antro donde todo estaba permitido, hetero, gays, y travestis convivían en un ambiente de libertad y promiscuidad. Todo repleto de gente No habia lugar salvo en una barra lateral, debajo del nivel de la calle donde había un solo asiento. – siéntate tú. Me empujó para luego sentarse a horcajadas a pesar de la minifalda que en esa posición no escondía nada. Nos empezamos a comer las bocas con desesperación, se frotaba contra la tela de mis pantalones que no disimulaba, para nada mi erección. De pronto siento una mano que se introduce entre nosotros poniendo la palma y los dedos en mi polla y el dorso apoyado al coño de Lara; aparté la cabeza para ver de que se trataba, era una mujer rubia, con un cuerpo terrible que nos sonreía mientras sujetaba firmemente mi polla,  y besaba profundamente primero a Lara y luego a mí. Por detrás de Paola otra mujer, una mulata, que tenía la mano sobandola por detrás. Los besos iban y venian desde todos los lugares. No te hagas problema son mis amigas jugarán un poco con nosotros, les encanta. Estaba teriblemente cachondo, por encima de la tela de mi pantalón la rubia movía los dedos frotando por arriba y por debajo con una habilidad increíble, frotaba el glande en forma semicircular de un lado para otro, mientras que sus nudillos frotaban el coño de Lara la cual acomodó sus caderas para que  su clítoris  que reciba el roce. La otra la tenía calzada deslizando su dedo medio por el costado de las bragas metiendo y sacando de su vagina, era una paja increíble mientras nos sorbiamos las lenguas entre los cuatro. De pronto el cuerpo de ella se puso tenso mientras sin separarse de mi boca soplaba al tiempo que se corría como una guarra en el medio del bar, yo estaba a estallar, pero no podía hacerlo, el correrme en seco iba a traerme consecuencias desastrosas. Así que detuve la mano de la rubia,y ambas nos dieron sendos besos de despedida. Cuando miré alrededor, unas cuantas personas nos hicieron  un círculo y mientras unos se acariciaban abiertamente no faltaba otro que se meneaba la polla.
Bueno vámonos a tu hotel, me dijo. Eran las 4 de la mañana. Al subir por el ascensor detuvo la marcha a la mitad mientras se quitaba las bragas totalmente mojadas e inclinándose para adelante me sujetaba la polla para clavarse en el fondo moviéndose con un movimiento salvaje como si bailara samba. El ascensor se movió hacia arriba mientras rápidamente tratábamos de ponernos en condiciones, algo además difícil en un ascensor que parecía una cápsula transparente. De pronto se detuvo en un piso donde ingresaron 4 japoneses borrachos. El sexo se olía en el aire así que parloteaban, nos miraban y se reían. Al bajar en nuestro piso Paola le dio en la mano sus braguitas a uno de los japoneses que lo olió profundamente mientras el resto festejaba. E intentaban seguirnos, por lo cual nos metimos rápidamente en la habitación y sin desvestirnos  ahí de parados contra la puerta follamos hasta caer al piso.
El sexo fue desenfrenado. Esa noche la boca de Lara obró milagros cuando yo pensaba que no podía mas. Luego, mientras estábamos relajados y a punto de dormirnos entrelazados, le digo: - jamás me pajearon de esa manera tu amiga es una experta.
Ya lo creo Claudia  y Cloe son travestis.


lunes, 21 de noviembre de 2011


Irene discutía con nosotros: “os digo que es fácil darse cuenta cual es la boca de un tío y cual de una mujer. La mujer es mas suave, en el contacto y la presión, y claro que puedo diferenciar uno de otro, aún con los ojos vendados…”
Habíamos salido de copas con María, y en el bar nos encontramos con Irene, una ponteverdina con una cabellera roja llena de bucles, alta, muy blanca y pecosa. Estrenaba tetas  desde la última vez que la vi, y era conocida en el ambiente por el culo que portaba. Se había peleado con el guarro que la acompañaba y terminó en el bar donde siempre podía encontrar alguien conocido. Luego de unos cuantos tragos nos invitó a beber un vodka negro Eristoff “de puta madre” que le habían traído de Ucrania, y allí fuimos hasta un ático del Carrer del Comte d’Urgell.
Por supuesto que nuestra conversación fue, cuando no, de sexo. Irene se decía bisexual, María no, pero de vez en cuando le apetecía estar con una mujer, aunque prefería “la punta de una polla al frote de un coño”.
En un momento le  vendamos los ojos y le atamos las manos en los barrotes de su cama de bronce. Le abrimos los botones de la blusa, y saltaron un par de tetas tan bien hechas que no se notaban las cicatrices. María me agarró de la mano alejándome de la cama y dio las instrucciones: usa solo la parte interna de los labios y la punta de la lengua, sin presión, no chupes los pezones, primero tú, luego yo y después los dos.
Y ahí empezamos uno y otra, un toque en los labios, otro en los lóbulos de las orejas, el cuello, los pezones. Me están matando, decía, y tiraba nuestros  nombres al azar, equivocándose la mayor parte. Luego juntamos las dos bocas para pasear por su cuerpo, a esta altura se retorcía como una anguila y nosotros nos habíamos puesto como una moto. Le bajamos el pantalón y las braguitas y comenzamos por los muslos subiendo y bajando, mordisqueamos las ingles.
Basta basta, pedía a gritos, o parais o me follais no tolero mas. María puso la boca en su coño y se lo comió. Irene aullaba moviendo la pelvis mientras se corría. Mi boca ocupó el lugar de María y comencé a comerle el coño mientras decía sigue sigue, así, Pero cuando me lo comía María me gustaba mas. La guarra supo quién era el dueño de cada boca que se ocupó de su coño.
Fue una maratón de sexo de un fin de semana, nunca pude imaginar el sexo como una coda, era terminar para comenzar en un nivel superior de sensualidad, el yacer con la suavidad de sus  cuerpos que me rodeaban y se entrelazaban fue  uno de los mejores placeres que viví.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Usaste tu llave, te sentí entrar sigilosa, estaba todavía borracho y con mucho sueño. Abriste la puerta y se recortó tu silueta desnuda. Te miraba con los ojos entrecerrados esperando tus reacciones. Abriste la cama desde abajo y te fuiste deslizando hacia arriba, por encima de mi cuerpo. Estabas helada, pero la sensación de sentir recorrer tus pechos por mi espalda me excitó. Me pasaste suavemente los labios por mi culo y fuiste subiendo por la columna. Suavemente, sin prisa. Los pelos de mi cuerpo se erizaron al tiempo que sentía mi polla explotar. Me seguí haciendo el dormido. Llegaste hasta mi cuello mordiendo mis hombros y te apoderaste de los lóbulos de mis orejas, los chupaste
Luego sentí la punta de tu lengua juguetear hacia dentro de mi oreja, al tiempo que frotabas tu pubis contra mi cadera. Metiste la mano entre mis piernas para juguetear con la entrada a mi culo. Buscaste mis testículos para mantenerlos apretados entre tu palma mientras tus dedos buscaban mi polla. Me agarraste del hombro y la cadera y me diste vuelta, yo continuaba con los ojos cerrados. Tu mano se apoderó de mi sexo mientras me pasabas la punta de la lengua por los labios, jugabas con las comisuras. Yo sentía que iba a estallar, sin embargo aguanté con los ojos cerrados. Sentí tu boca jugar con mis pezones, succionando, pasando la lengua, otra vez succionando. Luego hiciste una parada en el ombligo, lamiendo y mordiendo suavemente. Agarraste con los dientes mi polla, de costado mientras mordisqueabas desde la base a la punta. Le pasaste la lengua a todo el glande lamiendo como a un helado. Luego te lo devoraste lo metiste hasta el fondo ignorando la náusea, hasta que sentí tus labios en la raíz, lo fuiste sacando despacio para volver a introducirlo y chupaste, fuerte, despacio, lamías de un lado para otro. Yo no quería moverme, lo cual ya era una tortura. Te sentaste a horcajadas y así en seco despacio, te fuiste introduciendo mi polla. La mezcla de placer y dolor mientras duraba tu descenso fue deliciosa. Y comenzaste a cabalgar, moviendo tus caderas de adelante hacia atrás, de arriba a abajo luego de manera circular, tu respiración se hacia mas jadeante no pude mas y acompañé tus movimientos te sujeté con las dos manos las nalgas al tiempo que mi boca tomaba su partido entre tus empinados pezones. Y estallamos como pirotecnia al mismo tiempo con gritos y gemidos mientras nuestras bocas se buscaban desesperada. Quedaste exhausta arriba mío, sin palabras solo con el contacto epidérmico y de nuestros sexos que lentamente se iban desenganchando.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Voy aprendiendo que existen conjunciones planetarias negativas. El viernes nos escapábamos por el fin de semana a Valencia con una amiga, paramos para comer algo en Cambrils y estábamos con unos chipirones y un penedes, cuando mi ex con dos amigas hacen su aparición en la puerta del restaurante. Fue verla y atragantarme. Entró hecha una furia gritando insultos y con las manos hacia la pelambre de la Cuqui, logro interponerme y por supuesto soy el blanco de su agresión física al tiempo que se acordaba de todos mis ancestros matrilineales. Las amigas la cogieron y la llevaron afuera. Que es esto? lo hicieron a propósito? nos siguieron? le pregunte a una de las amigas.
No esto fue una puta casualidad nos estamos quedando en la casa de la Matilde.
Imaginaos el deleite de los comensales que interrumpieron un almuerzo aburrido y les dio algo para comentar en los próximos días. Me senté y pedí una crema catalana de postre ante la mirada azorada de mi amiga.
¿Que hacer en estas situaciones?¿ Poner cara de sufrimiento eterno y salir del restaurante? ¿Poner cara de cínico y a lo tuyo? 
No me queda muy claro. Luego mas tarde en el coche sentía las miradas de reojo de la Cuqui que, me imagino, pensaba que se jugaba la vida como acompañante de Jack el destripador. 
Por suerte estaba al tanto de la bipolaridad de mi ex que la lleva a hacer estas gilipolleces de tanto en tanto.
Perdón que este trasto no tiene todos los acentos, ostia!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Caminabas por la rambla con ese vestido blanco que se traslucía dejando insinuar tu cuerpo, te seguí un par de cuadras, caminabas descalza con ese movimiento de caderas que hacía voltear la cabeza tanto a hombres como a mujeres.  Sigues sin usar ropa interior  y ese  juego de luces y sombras del  sol de frente  insinuaba, a cada paso que dabas, la delicia de tu desnudez, resaltando tus  torneadas caderas     y tus largas piernas siempre de  color bronce. 


Recuerdo que te inclinabas por la ventana de tu casa en la playa, arrodillada en una silla e inclinada hacia adelante mientras chacoteabas  con tus primas; yo escondido entre los visillos subía mi mano entre tu vestido y la deslizaba  lentamente entre tus piernas hasta  apoyar la palma en la unión de tus nalgas, abarcando toda tu vulva;  mi dedo del medio buscaba tu humedad, separabas un poco las piernas para favorecer el movimiento de dejarme  introducir de a  poco primero la punta de mi dedo para luego, moviendo un poco las caderas te introducías  completamente. Y seguías el parloteo con tus primas, hablando sin cesar;  te introducía otro dedo mas, notando como aumentaba tu humedad, y seguías el jaleo, riendo de las chanzas mientras te acomodabas  al compás de mi mano que se movía dentro tuyo, de pronto, soltabas una carcajada mientras con tus piernas apretabas mi mano con fuerza y alegremente te corrías entre mi mano.  


Seguí caminando detrás tuyo de pronto te volteaste me clavaste los ojos y me miraste sin conocerme. Y seguiste para adelante  bamboleando tus promesas pasadas de tardes estivales de sexo adolescente.

viernes, 28 de octubre de 2011

Estaba durmiendo el domingo a la mañana cuando me despertó la presencia de un cuerpo deslizándose en mi cama. Con los ojos entreabiertos la veo a Ana Maria  buscando con las manos y luego con su boca mi polla que pronto se puso dura, chupaba con desesperación, como si quisiera arrancarla.Nunca la había visto de esa manera. Luego se subió arriba mio y comenzo a moverse introduciéndome en ella hasta que la tuvo al fondo, comenzó a moverse con desesperación, Me besaba  gimiendo, sollozando, sentía sus lágrimas calientes deslizarse por mi cara, tenía los ojos abiertos, no quería soltar mi boca hasta que se corrió gimiendo y llorando amargamente con espasmos.
 - Ana por favor mujer ¿que te pasa?
- Vengo a decirte adiós, no volveré a verte.
- Pero¿ que pasa, se dio cuenta tu marido?
- No, estoy embarazada y no se de quien es, no pienso hacerme problemas, te voy a sacar de mi vida y me voy a dedicar a mi familia, calla y acepta, no digas nada que se hace mas difícil.
Se vistió rápido, me dio un último beso, dejó las llaves en el velador y sentí cerrar la puerta.
Me volví hacia la ventana, el día estaba gris,  como yo, y el paisaje de la ciudad se fue tornando borroso mientras sentía mis lágrimas deslizarse por mis mejillas..

Estaba en el último año de la facultad y con  dos amigas y compañeras desde la infancia decidimos ir de vacaciones unos días a las sierras de Córdoba. Para allí  partimos en un auto destartalado haciendo casi 900 kilómetros.
Llegamos ya a la noche y fuimos a parar a un camping  pegado a un arroyo, por encima de un cañadón con una vista increíble.  No había luz eléctrica por lo que esa  noche la pasamos bajo un cielo increíble por lo estrellado. Al día siguiente despertamos y nos dimos cuenta que habían cinco carpas  y  un poco mas alejada estaba una cabaña con una proveduría y que contaba con sanitarios y duchas. Vino la dueña, una esbelta morena de treinta y pico, curtida por el sol, vestida con una bombacha de campo gastada por el uso, unas alpargatas y una remera cortita,  nos ayudó a armar la carpa al tiempo que nos daba detalles. Carla que así se llamaba nuestra anfitriona nos dio las indicaciones necesarias para pasarla bien: los lugares donde podíamos ir  para hacer, trekking, rappel o cabalgatas. Durante la mañana fuimos conociendo a nuestros vecinos a medida que se despertaban. Eran 11 mujeres y en una carpa 2 varones muy poco dados y mas interesados en los deportes de aventuras que en el sexo opuesto.
Los días fueron fantásticos,  por las noches cada una de las carpas organizaba una noche un fogón, que comenzaba con mate y tortas fritas para después  cambiar cuando de la nada aparecía una botella de  fernet y otra de  cola, y por supuesto a medida que subía la alcoholemia el clima cambiaba. Carla ya sacaba  una guitarra y   cantábamos  hasta que quedabamos rendidas o borrachas. Bueno todos no, los chicos no participaban, ya que cuando salía el sol desaparecían y volvían con sus bicicletas muy tarde y al tercer día se fueron. Por supuesto que fueron blanco de los comentarios mas despiadados.  Algunas  noches el clima daba para los relatos eróticos, supuestas experiencias de las  aventuras sexuales de cada una de las participantes. Yo era muy poco lo que podía contar, un noviecito que arrastraba desde la secundaria, que para él el sexo era meterla en seco dos veces por semana, moverse cuatro veces y acabar, pero a decir verdad no me traía problemas y por el momento no precisaba nada mas. Por lo tanto no tenía mucha experiencia y a decir verdad me incomodaba un poco la situación, había intentado masturbarme pero me aburría y realmente el sexo no había pasado como algo importante en mi vida. Al decir de mi psicóloga estaba sublimada mi libido con mi estudio.
 Escuchar las calientes experiencias ajenas y con lujo de detalles me dejaba muy confundida y confieso que algunas noches llegaba a meterme en la bolsa de dormir con la bombacha empapada.
En una salida y haciendo rappel, se me zafó la traba del mosquetón y ahí me ví deslizándome a toda velocidad por la cuerda, que no me quemó las manos por los guantes que traía pero en los últimos metros di unos tumbos contra las salientes para quedar tirada en el piso y con un tobillo hinchado. No me rompí ningún hueso pero tenía dificultad y dolor al apoyar el pie derecho, así que a lomo de mula volví al camping. Carla nos vió llegar y salió a nuestro encuentro. - Llévenla a la cabaña que esta noche se queda allí. Por suerte ya éramos casi médicas y con un botiquín muy abundante, así que hice una mezcla de  analgésicos  y un tranquilizante para poderme relajar. A las dos horas tenía un estado de languidez y bienestar absoluto, Carla apareció con una palangana y una toalla con agua y jabón y me dijo, - antes de meterte en sabanas limpias te quitare toda esa tierra que llevas encima. “No te muevas bonita, que en algún tiempo fui enfermera, no te voy a hacer daño”. Me lavó primero la cabeza, luego el cuello me quitó la remera y el corpiño para enjuagar, mis axilas, mi espalda y mis pechos. Que bien  me sentía el efecto de los medicamentos  incrementaba  mis sensaciones y allí estaba yo, semiconsciente, gozando de ese lavado con masaje. Me quitó muy despacio los botines y ahí estaba mi tobillo hinchado y azul por el hematoma. Suavemente me lavó ambos pies, las rodillas; al deslizar la toalla húmeda y sus manos por mis muslos me di cuenta que estaba excitada, quería detener la situación, pero mi mente no respondía  se estaba hundiendo sin remedio en esas olas de placer que me levantaba con sus manos. El último baluarte de resistencia cayó cuando levanté las caderas para que deslizara la bombacha. Me frotaba mojando mi entrepierna, mandándome descargas eléctricas cuando  rozaba mi clítoris. Me sentía en una nebulosa de placer sólo sentía el roce de su mano con un aceite tibio que me recorría el cuerpo y esa sensación terrible cuando se detenía en mi sexo, notaba mis labios abiertos, mi clítoris hinchado y sus dedos que iban y venían sin detenerse mas que lo necesario en los distintos puntos. De pronto sentí que me introducía un dedo, luego dos en la vagina, no soportaba tanto placer, tenía los ojos cerrados con el miedo de que si los abría todo eso desapareciera. Me frotaba de arriba hacia abajo, por los, entraba y salía, de pronto sentí sus labios y su lengua apoderarse de mi clítoris, me chupaba suavemente, me pasaba la lengua plana de arriba hacia abajo, describía círculos, cambió los dedos por la lengua explorando mis cavidades, deteniendose en mi culo, chupando, metiendo la lengua, frotando con los dedos, volviendo a cambiar, metiendo un dedo en mi ano. Mi pelvis empezó a moverse con un ritmo furioso, - No me dejes no, seguí seguí, le pedía mientras movia su cabeza intentando acomodar su lengua al roce exquisito. Y todo explotó sentí que la cabeza me estallaba en lucecitas de colores, espasmos violentos de mi vagina  apretaban los dedos de Carla, que seguía chupando los jugos que vertía. Me fui adormilando para despertar tarde al otro día por mis amigas que me decían que nos íbamos  al pueblo para hacerme una radiografía y que luego seguiríamos nuestro viaje. Me traían ropa limpia y al levantarme me miraron extrañadas por mi desnudez. Ya arreglamos con Carla ella se fue a buscar una yegua, te dejó un beso y este sobre.
Mas tarde y a solas abrí el sobre y tenía una servilleta con la marca de carmín de unos labios rojos.

Gracias Estela.

lunes, 24 de octubre de 2011


Lo vimos y nos gustó a las dos, teníamos 17 años y el desparpajo propio de esa edad. Fuimos al cine y ahí estaba buenísimo  y comprando las entradas, entramos y nos sentamos detrás de él en una sala casi vacio su perfume nos transporta . La película tenía una trama erótica que iba creciendo, trataba de un preso que es ejecutado y la relación entre su mujer y el alguacil. Cuando comenzó la parte erótica no se si fue la idea de Carina o la mía pero seguro que ambas estábamos cachondas y  nos sentamos a una a cada lado de este chico y comenzamos a acariciar el frente de sus pantalones, con una mano inmovilizando su antebrazo y  la otra en su entrepierna.No queriamos que él nos toque. Inicialmente intentó oponer resistencia para luego entregarse y disfrutar la situación esperando, tendría cerca de 30 años, mientras Carina le bajaba el cierre, yo me apoderaba de su polla erecta al contacto de dos manos femeninas. Le masturbamos primero una luego la otra y por último entre las dos, su corrida fue fántastica, copiosa , se retorcía en el asiento, no lo dejamos recuperar, no esperamos nada, nos levantamos y rápidamente salimos de la sala sin darle oportunidad a seguirnos. Un regalo anonimo extra para dañarle el cerebro, un bonus  a su entrada del cine.

Marita

sábado, 22 de octubre de 2011


A Vera la conocí en Port Lligat,   en ese bosquecillo que se extiende a la izquierda bajando de la casa de Dalí con rumbo a la costa. Había salido del museo y caminaba sin rumbo internándome en el bosque cuando la ví: flaca, alta, con el pelo largo renegrido, y la piel que sólo pueden tener las mulatas con la exposición prolongada al sol, edad? Podría tener 15 como 40, me miró con esos ojos verdes como el mar de su tierra.
-Te perdiste? fue su pregunta cuando todavía no podía quitar los ojos de ella envuelta en una túnica blanca que dejaba translucir su cuerpo perfecto.
-Caminé sin darme cuenta hasta acá, le respondí. Y ella que estaba cocinando en un fogón hecho con piedras redondas me dijo:
-no es cierto, tus pasos te trajeron hacia mí, te estaba esperando, siéntate que ya está la comida.
Comimos unos pescados fritos provistos  por los pescadores del lugar, con un vino rosado, que me dejó beber de sus labios. Me contó que hacía artesanías y que  venía todos los veranos   a vivir en una carpa y en ese mismo lugar, que ya nadie le molestaba porque le temían, era hija de Orishas de Yemayá y Changó, por lo tanto no podía vivir lejos del mar, pero necesitaba del fuego para poder respirar. Al notar mi cara de ignorancia me explicó que eran  dioses del Candomblé, luego agarró un cubilete lleno de caracolitos me hizo soplar adentro y los arrojó al piso mientras me anunciaba que íbamos a ser amantes de sólo dos días y por mucho tiempo; Me tomó de la mano y me condujo al interior de su carpa, dejo deslizar la túnica mostrando un cuerpo exquisito, como tallado, se frotó las manos con un aceite aromático que inundó mis sentidos y sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo para unirse a la de ella. Todas sus caricias tenían vida independiente que persistían en el tiempo, todo el estímulo erótico se acrecentaba era un movimiento perpetuo una coda sensual, en que el placer se iba apoderando de mi piel centímetro a centímetro,  pequeños orgasmos localizados que iban juntándose. Se puso arriba mío y se introdujo lentamente mi pene, cada centímetro que penetraba era una onda voluptuosa que circulaba por mi médula espinal hasta explotar en mi entrecejo en un orgasmo total, pirotécnico, explosivo de duración eterna que reberveraba en todos los rincones de mi cuerpo. Cuando tomé conciencia habían pasado los  dos días anunciados, ya no estaba al lado mío, estaba solo en la playa, solo y confundido. Empecé a preguntarme si había ingerido algún hongo con la comida que me dio o si solo fue un sueño.
La segunda vez fue  2 años después en Montevideo, luego fue Maceió,  Sitges, Pantano do Sul, La Paloma, Playa del Carmen siempre cada dos años en el lugar que yo elegía para veranear, la encontraba sentada en el piso, sóla o en una plaza de artesanos con una inmaculada camisola bahiana que dejaba traslucir sus duros pechos y sus renegridos pezones. Te estaba esperando, me decía, al tiempo que me daba un abrazo muy fuerte, me ahogaba con sus besos, y tomaba posesión de mí; sólo puedo recordar el placer que no terminaba nunca y luego de dos días juntos desaparecía. 
Ayer estuve con ella, luego de 20 años de vivir esta historia, estaba en un puestito de artesanos en Puerto Montt al costado de esas viejas locomotoras que se oxidan en esa plaza frente al mar, no había cambiado nada; estaba igual al día lejano que la conocí, llegaste justo, me dijo, al tiempo que me alcanzaba el vaso lleno de aguardiente de caña y me hacía soplar dentro del cubilete y volvía a tirar los caracolitos. Es tu elección me dijo, esta noche podemos  ser  amantes eternos y vivir en las estrellas, pero tienes que dejar todo, confiar en mí y venir media hora antes que salga la luna llena, no traigas nada negro. Busqué una excusa y  una promesa y esa noche falté, tuve miedo lo reconozco. Por la mañana pasé por su puesto dispuesto a disculparme y sólo encontré una vieja  guardando sus pertenencias en cajas, me miró en una mirada eterna y luego me habló: esto  dejó para ti, aunque no lo mereces… llegué al hotel y rompí el pequeño  envoltorio sacando una pequeña estatua de ébano de una bella mujer desnuda acariciada por las olas, la puse encima de una mesa para admirarla y vi que era Vera con su desnudez apenas cubierta. Me quedé sin aliento, en esos pequeños ojos brillaban unas pequeñas lágrimas ambarinas, busqué en el envoltorio y encontré un pequeño pedazo de papel amarillento que decía: “Te perdiste de vivir conmigo mas allá de las estrellas” : Oshun… al tiempo que la delicada estatua se desgranaba lentamente convirtiéndose en un puñado de cenizas.


viernes, 21 de octubre de 2011


Irene era la compañera de trabajo que ocupaba la oficina en frente de mi escritorio, era la jefa de  auditoría. Vestía  totalmente asexuada y anodina, lo que  no hacía fácil de adivinar su  edad. Usaba unos anteojos de carey muy grandes peinaba su pelo rojizo en un rodete, siempre blanca, los labios apenas pintados y con un vestido por debajo de la rodilla y siempre con algún tipo de prenda que disimulaba las formas de su cuerpo. Tímida, siempre mirando al piso  difícilmente levantaba la mirada para socializar con sus compañeros a los cuales mantenía una considerable distancia. No asistía a las fiestas de la oficina ni a las salidas nocturnas que de tanto en tanto se organizaban.
Un viernes de invierno me  quedé  en la oficina, desbordado de trabajo para no tener que llevarme nada a casa y pasar un fin de semana tranquilo, estaba solo en la oficina con el personal de limpieza circulando por los pasillos.
Mientras ordenaba mis cosas para irme se largó una tormenta de viento lluvia y rayos que hacían temblar el edificio. Tenía que caminar casi 200 metros en el estacionamiento donde tenía el auto y cansado de esperar que escampe corrí esa distancia  llegando  al auto completamente empapado, entré y rápidamente se empañaron los cristales,  mientras esperaba que mejorara la visibilidad  del interior observo una figura que corría hacia mi, era Irene completamente mojada. 
Irene entrá  que te estas empapando!!  Abre la puerta y me dice: “ te voy a mojar todo el tapizado, el auto se me detuvo a tres cuadras, me quedé sin carga en el móvil y volvía a pedir una grúa cuando me agarró la tormenta”.
La miré detenidamente ya que la lluvia había obrado un milagro: el pelo suelto y mojado, la ropa pegada al cuerpo como segunda piel insinuaban unos pezones oscuros en  unas tetas que pugnaban salir de esa blusa. 
Luego de decirme donde vivía, que era al otro extremo de la ciudad le dije. Si me permites pasar por casa, me cambio de ropa que la tengo empapada, te secas un poco y te llevo porque con este tiempo no podrás encontrar ningún taxi. Me hizo un gesto de asentimiento y al responder con monosílabos los intentos de comunicación, subí el volumen del reproductor y los próximos 20 minutos lo hicimos en silencio. Llegamos al piso métete en la  ducha que pillarás una congestión, y dame tu ropa que la pongo en el secaropas, no te preocupes que  tengo dos baños, le dí dos  toallas gigantes mientras entraba al baño de mi habitación. - Veo que tienes brandy puedo servirme una copa? -  si, sírveme una a mi. 
Me di una ducha rápida para entrar en calor, me puse un albornoz, salí  al dormitorio para coger ropa limpia. Por el espejo la veo salir del otro baño envuelta en un toallón. Nos sentamos en la sala y serví su  copa vacía, “Uy me la vacié de un trago, tenía mucho frío”. Al alcanzarle la copa  observo una transformación,  sus mejillas encendidas por el brandy,  sus labios húmedos y rojos, con una gran sonrisa y los ojos con un brillo desconocido.
Lograste lo que nadie, que me sienta bien y contenta, me dice. - Yo no el brandy. Dime Irene porque actúas con ese personaje tan distinto en la oficina?.
Es la única manera de parar el acoso, me fui de dos trabajos por intentar ser yo misma y si no me acosaban los jefes lo hacían  mis compañeros.
Quieres llamar por teléfono para avisar de tu demora?
No tengo a nadie a quien rendir cuentas. Vivo sola aunque mi piso no es tan grande como el tuyo. Aquí hay una mano femenina, vives con alguien?
No una señora que viene tres veces por semana y me deja todo reluciente, yo no estoy mucho,  llego tarde a dormir.
-No creo que duermas solo
-Yo tampoco de ti
-No dije que lo hiciera
-Yo tampoco.
Me incliné hacia ella mientras le metía los dedos entre el pelo húmedo y tomándola de la nuca la atraje para besarla.
-No sigas con eso, no me hagas romper el voto de con nadie del trabajo.
La seguí acercando hasta rozar sus labios con los míos, y mirando  sus ojos color esmeralda le digo: tienes razón no quiero ser la causa de tus fustraciones.
Se levantó como ofendida me agarro la cabeza y me estampó un beso profundo y largo mientras retiraba la toalla que le cubría el cuerpo.
-No sabes con quien te metiste, pero esto te va a salir muy caro.
-Estoy dispuesto a pagar el precio, le dije mientras agarraba con ambas manos las tetas y acercaba mi lengua para pasarla por sus pezones. Me abrió el albornoz y agarró mi polla delicadamente mientras se inclinaba para tomarla con la boca, paseo la lengua de arriba hacia abajo mientras metía un testículo en su boca...
-adoro los hombres que tienen los huevos juntos y no colgando. Nos deslizamos hacia la alfombra mientras bajaba mi cabeza lentamente lamiéndole el ombligo, las ingles, metí la nariz en su mata rala aspirando su esencia, baje con los labios tocando suavemente su vulva, moví el labio inferior en su clítoris que asomó desde su capuchón, lo aspiré suavemente y  con la punta de la lengua lo estimulaba; notaba el estremecimiento que esto le producía abriendo mucho mas las piernas. Le pase la lengua suavemente al principio luego chupe sus labios, metiendo mi lengua en su vagina y moviéndola lateralmente…”ven aquí que me corro, méteme algo por favor”, le introduje dos dedos y los moví hacia arriba y abajo, cogíó mi mano para aumentar el movimiento y empezó a mojarme la mano, se corría al tiempo que soltaba un alarido, los espasmos no cedían y se revolcaba de uno a otro lado mientras tiraba de mis cabellos para ponerme arriba de ella. Le metí mi polla mientras seguía gritando no no no!! Intente ahogar sus gritos con un beso sus espasmos eran continuos, los ojos estaban en blanco, me dio vuelta y se puso a horcajadas mientras se movía con furia “hijo de puta, hijo de puta noooooo”. Los gritos eran terribles, perdí la concentración, quería hacerla callar, ella apoyada con sus manos en mis muñecas seguía frotándose moviendo la pelvis de manera circular “ noooooo, hijo de puta nooooo”…
De pronto unos golpes en la puerta “ Pablo que pasa ahí, abrí la puerta o llamo a la policía” mi vecina del piso de abajo una maruja solterona que se había prendido al timbre de  mi puerta.
Nos empezamos a reir, Irene se levantó desnuda y abrió la puerta “… nada señora la estoy pasando muy bien, quiere ud. participar”
-Desvergonzados voy a llamar a la policía…
- Vaya a hacerse unas puñetas y aprenda lo que es gozar!!!
Esta vieja me cortó en lo mejor. Ven niño que me voy a hacer cargo de ti, ven aquí pobrecillo!!.
Y se hizo cargo de mí toda la noche del viernes, el sábado hasta la tarde del domingo, cuando se fue lo hizo porque ya no lograba ninguna respuesta de parte mía que había quedado literalmente liquidado y sordo.

El lunes a medio día me llegó un memo de traslado a otra sección y una nota adherida a un clip metálico “Te dije que te iba a salir muy caro, así estoy tranquila con mi conciencia y no pierdo la línea ante el resto besos”