miércoles, 26 de septiembre de 2012




El sexo anal nos desvela, es algo que todos los hombres buscamos, y a decir verdad aquellas  quienes  lo practican tienen un lugar especial en nuestra memoria y mucho mas si les da placer o si ellas lo buscan.
Sin embargo en algunas discusiones sobre sexo algunas niegan todo tipo de placer por la puerta trasera y una sensación que les va de incomodidad a dolor, y que sólo lo hacen por complacer a sus parejas. Por lo que debemos entender que hacerlo es un verdadero arte que precisa tiempo y dedicación.

También es cierto que la experiencia del masaje prostático mientras me devoran la polla o mientras follo es una de las sensaciones mas placenteras que he experimentado.

Había terminado el secundario y un puente volví a la casa de mis padres, llegué tarde y estaba mi madre reunida con sus amigas. Estaban todas las viejas conocidas y una mujer  joven de alrededor de 30 años, morena de ojos verdes que me saludó muy afectuosamente y mientras estuve en la sala no me quitó la mirada de encima.

Uno de los días siguientse me despertó mi madre y me dijo: Arantxa me pidió si le acompañas a hacer unas compras, el marido está de viaje y ella de manejar nada.
Mi primera reacción fue la de negarme. Y ante la insistencia terminé aceptando.

Fui hasta la casa, toqué la puerta y salió con un micro short  que le dibujaba un culo increíble  y unas piernas torneadas y bronceadas, con unas sandalias, y una blusa floreada abierta mostrando algo mas que el nacimiento de unas tetas enormes  que hacían juego con toda ella.

Caminar por el supermercado con ella me produjo una sensación de irritación, todos, incluyendo las mujeres  la miraban de arriba abajo, la mayoría con miradas libidinosas, otros con miradas reprobatorias. Ella me tenía cogido del brazo y tenía una sensación de vergüenza ajena, en ese momento me parecía mas una furcia que una mujer libre y por encima de todas los preconceptos.

De vuelta en el coche, me agarró la mano y la puso arriba de su muslo, manejando una caricia de arriba hacia abajo.
-         Te gusta la piel que tengo?, no tengo una piel muy suave?
El contacto de su pierna con mi mano me alteró, tenía la boca seca y no podía dejar de mirar ese juego de piernas morenas y largas que parecían perderse dentro del coche.

Llegamos a la casa que era de dos plantas le ayudé a bajar  los paquetes, me dijo que se los llevará a la cocina mientras ella subió a la planta.
-         Espera cariño que enseguida bajo.
Me quedé en la cocina sentado y de pronto sentí que me llamaba, la puerta del baño estaba entornada.
-         Entra no tengas miedo.
Estaba en la bañera que tenía hidromasaje con las sales cubriendo todo su cuerpo, me alcanzó una esponja vegetal.
-         Pásame por la espalda que yo no puedo.

Y ahí comencé enjabonando su espalda con ella reclinada hacia delante y cubierta de espuma, le pasé por los hombros, los brazos , le levanté uno para enjabonarle la axila y ahí pasé hacia delante frotando primero un pecho y luego el otro. Dejé caer la esponja y seguí con la mano intentando coger todo el pecho, notando como sus pezones se ponían completamente duros. No dijo nada y se reclinó hacia atrás, me arrodillé al costado y le pasé el jabón por el abdomen y seguí hacia abajo entre sus piernas, abriendo sus labios al contacto del jabón.  Ella abrió aún mas los muslos, yacía con los ojos cerrados y la boca entreabierta y ligeramente jadeante. Deje el jabón y seguí con mis dedos, enroscandolos entre los vellos cortos de su pubis y descendiendo con movimientos circulares por su sexo apoderándome  con dos dedos de su clítoris, luego sus labios e insinuando mis pulpejos en su vagina, estaba tan húmeda que fácilmente entraron tres dedos.
-         Que haces aún con ropa.
En 10 segundos estaba desnudo con mi polla erecta, se dio vuelta y la introdujo profundamente dentro de su boca.
-         Que bien provisto el niñato!!
Comenzó a devorarla lentamente casi hasta el fondo para sacarla lentamente y pasarme la lengua por la punta, se metió los testículos dentro la boca chupando suavemente hasta hacerme ver las estrellas.

Me introduje en la bañera y ella se dio vuelta sacando su hermoso culo del agua, Agarró un frasco de gel y me unto la polla de arriba hacia abajo, me puso el gel en la mano y me dijo.

-Me gusta por atrás, lubrícame con esto.

Le puse el gel en el ano introduje mi dedo del medio lentamente, introduje luego el índice frotando su mucosa y abriendo un poco los dedos para dilatar su esfínter, ingrese un tercer dedo con movimientos circulares.
-         Oh por dios si sigues así me voy a correr y no te podré esperar.
Me puse detrás de ella, cogió mi polla y suavemente la aproximó a su orificio.
-         Espera que yo la manejo, no te muevas porque me harás sentir dolor y quiero gozar, tienes la polla perfecta para mi culo.
Con la mano dirigió hasta la entrada y suavemente fue empujando hacia atrás hasta que entró la cabeza.
-         No te muevas, no te muevas espera que me acostumbre a tu polla.
Me mantuve inmóvil luego de unos segundos movió lentamente de manera alternativa sus nalgas empalándose cada vez mas.
-         Ahora muévete dame duro.
Miraba el reflejo de nuestra imagen en el espejo de la pared, su cuerpo perfecto sodomizado por mi polla mientras las enormes tetas se balanceban sin control, con su mano derecha se acariciaba el coño, abriendo por momentos dos dedos que los apretaba contra mi polla.
De pronto comenzó a gemir y gritar mientras se corría, aumente la velocidad de mi movimiento para correrme, cuando un ruido me distrajo. Se estaba abriendo la puerta del garaje y enfilaba el coche del marido.
-         Tu marido!!!
-         Vístete pronto y sal por esta ventana al techo espérame ahí.
No me vestí cogí la ropa y los zapatos y salí por la ventana estrecha del baño al techo. La ventana sobresalía del nivel del techo así que me quedé al costado, los árboles de la calle me protegían de miradas indiscretas de los vecinos.

-         Hola querida
-         Volviste pronto
-         Sí quería darte una sorpresa, pero el verte así la sorpresa me la diste tu. Espera que me quito la ropa.
Sentía en el ruido del agua los movimientos de ambos follando en la bañera, los gritos de placer de ella, luego se levantaron y salieron al dormitorio.

Ya estaba cambiado y hacía una hora que había oscurecido y no venía a buscarme, me dirigí hasta el garaje intenté  descolgarme  al piso, al cruzar la verja y me caí sobro mi hombro izquierdo sintiendo un ruido  sordo. Me había fracturado la clavícula, no podía mover el brazo y el mínimo movimiento me hacía saltar las lágrimas.

Al día siguiente estaba en el hospital me operaron y me colocaron un pedazo de alambre para unir los tres pedazos, bajo los efectos de la morfina (ya  no se si lo soñé)  entró Arantxa y me regaló la mejor felatio que recuerde hasta ahora, me limpió la polla con la lengua y desapareció. Nunca más la vi.