sábado, 22 de octubre de 2011


A Vera la conocí en Port Lligat,   en ese bosquecillo que se extiende a la izquierda bajando de la casa de Dalí con rumbo a la costa. Había salido del museo y caminaba sin rumbo internándome en el bosque cuando la ví: flaca, alta, con el pelo largo renegrido, y la piel que sólo pueden tener las mulatas con la exposición prolongada al sol, edad? Podría tener 15 como 40, me miró con esos ojos verdes como el mar de su tierra.
-Te perdiste? fue su pregunta cuando todavía no podía quitar los ojos de ella envuelta en una túnica blanca que dejaba translucir su cuerpo perfecto.
-Caminé sin darme cuenta hasta acá, le respondí. Y ella que estaba cocinando en un fogón hecho con piedras redondas me dijo:
-no es cierto, tus pasos te trajeron hacia mí, te estaba esperando, siéntate que ya está la comida.
Comimos unos pescados fritos provistos  por los pescadores del lugar, con un vino rosado, que me dejó beber de sus labios. Me contó que hacía artesanías y que  venía todos los veranos   a vivir en una carpa y en ese mismo lugar, que ya nadie le molestaba porque le temían, era hija de Orishas de Yemayá y Changó, por lo tanto no podía vivir lejos del mar, pero necesitaba del fuego para poder respirar. Al notar mi cara de ignorancia me explicó que eran  dioses del Candomblé, luego agarró un cubilete lleno de caracolitos me hizo soplar adentro y los arrojó al piso mientras me anunciaba que íbamos a ser amantes de sólo dos días y por mucho tiempo; Me tomó de la mano y me condujo al interior de su carpa, dejo deslizar la túnica mostrando un cuerpo exquisito, como tallado, se frotó las manos con un aceite aromático que inundó mis sentidos y sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo para unirse a la de ella. Todas sus caricias tenían vida independiente que persistían en el tiempo, todo el estímulo erótico se acrecentaba era un movimiento perpetuo una coda sensual, en que el placer se iba apoderando de mi piel centímetro a centímetro,  pequeños orgasmos localizados que iban juntándose. Se puso arriba mío y se introdujo lentamente mi pene, cada centímetro que penetraba era una onda voluptuosa que circulaba por mi médula espinal hasta explotar en mi entrecejo en un orgasmo total, pirotécnico, explosivo de duración eterna que reberveraba en todos los rincones de mi cuerpo. Cuando tomé conciencia habían pasado los  dos días anunciados, ya no estaba al lado mío, estaba solo en la playa, solo y confundido. Empecé a preguntarme si había ingerido algún hongo con la comida que me dio o si solo fue un sueño.
La segunda vez fue  2 años después en Montevideo, luego fue Maceió,  Sitges, Pantano do Sul, La Paloma, Playa del Carmen siempre cada dos años en el lugar que yo elegía para veranear, la encontraba sentada en el piso, sóla o en una plaza de artesanos con una inmaculada camisola bahiana que dejaba traslucir sus duros pechos y sus renegridos pezones. Te estaba esperando, me decía, al tiempo que me daba un abrazo muy fuerte, me ahogaba con sus besos, y tomaba posesión de mí; sólo puedo recordar el placer que no terminaba nunca y luego de dos días juntos desaparecía. 
Ayer estuve con ella, luego de 20 años de vivir esta historia, estaba en un puestito de artesanos en Puerto Montt al costado de esas viejas locomotoras que se oxidan en esa plaza frente al mar, no había cambiado nada; estaba igual al día lejano que la conocí, llegaste justo, me dijo, al tiempo que me alcanzaba el vaso lleno de aguardiente de caña y me hacía soplar dentro del cubilete y volvía a tirar los caracolitos. Es tu elección me dijo, esta noche podemos  ser  amantes eternos y vivir en las estrellas, pero tienes que dejar todo, confiar en mí y venir media hora antes que salga la luna llena, no traigas nada negro. Busqué una excusa y  una promesa y esa noche falté, tuve miedo lo reconozco. Por la mañana pasé por su puesto dispuesto a disculparme y sólo encontré una vieja  guardando sus pertenencias en cajas, me miró en una mirada eterna y luego me habló: esto  dejó para ti, aunque no lo mereces… llegué al hotel y rompí el pequeño  envoltorio sacando una pequeña estatua de ébano de una bella mujer desnuda acariciada por las olas, la puse encima de una mesa para admirarla y vi que era Vera con su desnudez apenas cubierta. Me quedé sin aliento, en esos pequeños ojos brillaban unas pequeñas lágrimas ambarinas, busqué en el envoltorio y encontré un pequeño pedazo de papel amarillento que decía: “Te perdiste de vivir conmigo mas allá de las estrellas” : Oshun… al tiempo que la delicada estatua se desgranaba lentamente convirtiéndose en un puñado de cenizas.


viernes, 21 de octubre de 2011


Irene era la compañera de trabajo que ocupaba la oficina en frente de mi escritorio, era la jefa de  auditoría. Vestía  totalmente asexuada y anodina, lo que  no hacía fácil de adivinar su  edad. Usaba unos anteojos de carey muy grandes peinaba su pelo rojizo en un rodete, siempre blanca, los labios apenas pintados y con un vestido por debajo de la rodilla y siempre con algún tipo de prenda que disimulaba las formas de su cuerpo. Tímida, siempre mirando al piso  difícilmente levantaba la mirada para socializar con sus compañeros a los cuales mantenía una considerable distancia. No asistía a las fiestas de la oficina ni a las salidas nocturnas que de tanto en tanto se organizaban.
Un viernes de invierno me  quedé  en la oficina, desbordado de trabajo para no tener que llevarme nada a casa y pasar un fin de semana tranquilo, estaba solo en la oficina con el personal de limpieza circulando por los pasillos.
Mientras ordenaba mis cosas para irme se largó una tormenta de viento lluvia y rayos que hacían temblar el edificio. Tenía que caminar casi 200 metros en el estacionamiento donde tenía el auto y cansado de esperar que escampe corrí esa distancia  llegando  al auto completamente empapado, entré y rápidamente se empañaron los cristales,  mientras esperaba que mejorara la visibilidad  del interior observo una figura que corría hacia mi, era Irene completamente mojada. 
Irene entrá  que te estas empapando!!  Abre la puerta y me dice: “ te voy a mojar todo el tapizado, el auto se me detuvo a tres cuadras, me quedé sin carga en el móvil y volvía a pedir una grúa cuando me agarró la tormenta”.
La miré detenidamente ya que la lluvia había obrado un milagro: el pelo suelto y mojado, la ropa pegada al cuerpo como segunda piel insinuaban unos pezones oscuros en  unas tetas que pugnaban salir de esa blusa. 
Luego de decirme donde vivía, que era al otro extremo de la ciudad le dije. Si me permites pasar por casa, me cambio de ropa que la tengo empapada, te secas un poco y te llevo porque con este tiempo no podrás encontrar ningún taxi. Me hizo un gesto de asentimiento y al responder con monosílabos los intentos de comunicación, subí el volumen del reproductor y los próximos 20 minutos lo hicimos en silencio. Llegamos al piso métete en la  ducha que pillarás una congestión, y dame tu ropa que la pongo en el secaropas, no te preocupes que  tengo dos baños, le dí dos  toallas gigantes mientras entraba al baño de mi habitación. - Veo que tienes brandy puedo servirme una copa? -  si, sírveme una a mi. 
Me di una ducha rápida para entrar en calor, me puse un albornoz, salí  al dormitorio para coger ropa limpia. Por el espejo la veo salir del otro baño envuelta en un toallón. Nos sentamos en la sala y serví su  copa vacía, “Uy me la vacié de un trago, tenía mucho frío”. Al alcanzarle la copa  observo una transformación,  sus mejillas encendidas por el brandy,  sus labios húmedos y rojos, con una gran sonrisa y los ojos con un brillo desconocido.
Lograste lo que nadie, que me sienta bien y contenta, me dice. - Yo no el brandy. Dime Irene porque actúas con ese personaje tan distinto en la oficina?.
Es la única manera de parar el acoso, me fui de dos trabajos por intentar ser yo misma y si no me acosaban los jefes lo hacían  mis compañeros.
Quieres llamar por teléfono para avisar de tu demora?
No tengo a nadie a quien rendir cuentas. Vivo sola aunque mi piso no es tan grande como el tuyo. Aquí hay una mano femenina, vives con alguien?
No una señora que viene tres veces por semana y me deja todo reluciente, yo no estoy mucho,  llego tarde a dormir.
-No creo que duermas solo
-Yo tampoco de ti
-No dije que lo hiciera
-Yo tampoco.
Me incliné hacia ella mientras le metía los dedos entre el pelo húmedo y tomándola de la nuca la atraje para besarla.
-No sigas con eso, no me hagas romper el voto de con nadie del trabajo.
La seguí acercando hasta rozar sus labios con los míos, y mirando  sus ojos color esmeralda le digo: tienes razón no quiero ser la causa de tus fustraciones.
Se levantó como ofendida me agarro la cabeza y me estampó un beso profundo y largo mientras retiraba la toalla que le cubría el cuerpo.
-No sabes con quien te metiste, pero esto te va a salir muy caro.
-Estoy dispuesto a pagar el precio, le dije mientras agarraba con ambas manos las tetas y acercaba mi lengua para pasarla por sus pezones. Me abrió el albornoz y agarró mi polla delicadamente mientras se inclinaba para tomarla con la boca, paseo la lengua de arriba hacia abajo mientras metía un testículo en su boca...
-adoro los hombres que tienen los huevos juntos y no colgando. Nos deslizamos hacia la alfombra mientras bajaba mi cabeza lentamente lamiéndole el ombligo, las ingles, metí la nariz en su mata rala aspirando su esencia, baje con los labios tocando suavemente su vulva, moví el labio inferior en su clítoris que asomó desde su capuchón, lo aspiré suavemente y  con la punta de la lengua lo estimulaba; notaba el estremecimiento que esto le producía abriendo mucho mas las piernas. Le pase la lengua suavemente al principio luego chupe sus labios, metiendo mi lengua en su vagina y moviéndola lateralmente…”ven aquí que me corro, méteme algo por favor”, le introduje dos dedos y los moví hacia arriba y abajo, cogíó mi mano para aumentar el movimiento y empezó a mojarme la mano, se corría al tiempo que soltaba un alarido, los espasmos no cedían y se revolcaba de uno a otro lado mientras tiraba de mis cabellos para ponerme arriba de ella. Le metí mi polla mientras seguía gritando no no no!! Intente ahogar sus gritos con un beso sus espasmos eran continuos, los ojos estaban en blanco, me dio vuelta y se puso a horcajadas mientras se movía con furia “hijo de puta, hijo de puta noooooo”. Los gritos eran terribles, perdí la concentración, quería hacerla callar, ella apoyada con sus manos en mis muñecas seguía frotándose moviendo la pelvis de manera circular “ noooooo, hijo de puta nooooo”…
De pronto unos golpes en la puerta “ Pablo que pasa ahí, abrí la puerta o llamo a la policía” mi vecina del piso de abajo una maruja solterona que se había prendido al timbre de  mi puerta.
Nos empezamos a reir, Irene se levantó desnuda y abrió la puerta “… nada señora la estoy pasando muy bien, quiere ud. participar”
-Desvergonzados voy a llamar a la policía…
- Vaya a hacerse unas puñetas y aprenda lo que es gozar!!!
Esta vieja me cortó en lo mejor. Ven niño que me voy a hacer cargo de ti, ven aquí pobrecillo!!.
Y se hizo cargo de mí toda la noche del viernes, el sábado hasta la tarde del domingo, cuando se fue lo hizo porque ya no lograba ninguna respuesta de parte mía que había quedado literalmente liquidado y sordo.

El lunes a medio día me llegó un memo de traslado a otra sección y una nota adherida a un clip metálico “Te dije que te iba a salir muy caro, así estoy tranquila con mi conciencia y no pierdo la línea ante el resto besos”

martes, 18 de octubre de 2011

Mi vecina


Marita tiene 34 años, separada dos veces y sin hijos. Es  eléctrica, charlatana y le gusta hablar con quien quiera escucharla, aun en el ascensor, de sus fantasías sexuales; quizás un poco histérica.
Una tarde de domingo me quedé afuera al cerrarse la puerta del piso con el viento. Sin llaves, móvil, ni zapatos y en cueros. Golpeo la puerta de su piso y se asoma ella con un pantalón minúsculo y una blusa entreabierta.
- Hola guapo pasa que estoy semidesnuda.
- Por favor me dejas hacer una llamada a ver si mi hermana me trae la llave del piso?
- Si tío llama, apeteces un gin tónic tengo un Hendricks del mismo Londres
- dale mujer.
De fondo sonaba Tom Waits desgarrando "....time, time, time..."
Se inclinó para adelante para buscar la botella de gin dejandome en primer plano un trasero de lujo,  al darse vuelta me pilla mirando sus nalgas que desbordaban de su micro pantalón.
- Lo siento pero tienes un culo precioso
- Toca chaval que esta duro, salgo a correr todas las tardes.
Mi mano cogió la redondez de su nalga mientras palpaba la dureza que era real, entonces cogí la otra nalga y deje que mis dedos, como al azar ingresen hasta tener contacto con la fina tela de sus braguitas.
Oye chaval para, que me pones a mil si me tocas ahí.
Sentado como estaba con las dos manos sujetando su culo la atraigo y meto la boca por el costado lamiendo el borde de su vulva depilada. Con una mano suelto el botón para sacarle el short y las bragas. Mientras  mi boca se perdía  entre su sexo,  comencé a lamerle de arriba hacia abajo.
Marita se contorsionaba meneando su trasero. Puse la lengua en su culo y lentamente le introduje la punta de mi lengua mientras que con los dedos de la mano derecha le frotaba los labios y el clítoris inflamado.
"No te detengas, meteme la lengua en el culo, si, si no doy mas, meteme los dedos dios mío me corro oh oh"". Mi cara quedo empapada de sus jugos, esperé que cesaran sus espasmos mientras seguía con dos dedos en su vagina  y con la otra mano frotando su clítoris. - " Me vas a matar, me vas a matar para un poco"
Se dio vuelta aflojando mi pantalón mientras mi polla se soltaba intentando salir de su encierro. Se recostó a mi lado en el sofá mientras introducía en su boca mi glande al tiempo que comenzó a mover la lengua de manera circular por toda la circunferencia. Por dios nunca antes había sentido esa sensación entera en mi polla.
Luego se sentó a horcajadas empalandose lentamente, mientras me chupaba la lengua hasta hacerme brotar las lágrimas. La levanté en vilo desde sus nalgas y me rodeó con sus piernas la cintura mientras la apoyaba en la pared bombeandola de una manera violenta. " Si si no pares no pares nooooo" al tiempo que sentía sus jugos correr por mis muslos le mandé mi descarga de semen quedando sentados en el piso mientras intentábamos recuperarnos.
- Estabas al alcance de la mano y nunca me follaste,es imperdonable.

Esa fue la primera de una larga historia de polvos increíbles a cualquier hora.

lunes, 17 de octubre de 2011


 Ella tenía 12 años y yo 15, era mi prima, vivíamos en casa contiguas, en frente de la mueblería, que era el negocio de mi padre y mi tío 
Crecimos juntos aunque esos tres años de diferencia a esa edad eran importantes,  Lorena aun no se había desarrollado y era más bien una niña pecosa y flaquita. Por alguna razón tenía un enamoramiento conmigo y buscaba las ocasiones para encontrarnos a solas para abrazarme, tomarme de la mano y me pedía que le enseñe a besar. Era todo un follón, y no me la podía sacar de encima, ya que me seguía a todos lados.  
Pasaron un par de años, hacia mucho que no la veía y una mañana de domingo yo dormía destruido en mi casa, luego de una fiesta hasta muy tarde. Nuestras familias preparaban un almuerzo en su casa, a la que no pensaba asistir. En un momento sentí que alguien furtivamente se metía en mi cama, inicialmente no me moví intentando adivinar quien era, luego de un momento me sacudió mientras me decía “no puedo creer que estés saliendo con esa loca de Susana” luego comenzó a insultarme hasta que rompió en llanto mientras me abrazaba. Yo dormido y de espaldas,no entendía nada; pero al sentir el calor de su cuerpo tuve una erección.
Me dí la vuelta pensando en escandalizarla, para darle su merecido por su comportamiento y mal trato. Al hacerlo se dio cuenta de mi estado, intentó recular, mientras la agarraba de las nalgas y apoyaba mi erección entre sus muslos casi cubiertos con una minifalda. Dejó de llorar tiró de las sabanas a un costado y me miró profundamente con odio, intenté atraerla hacia mi y me respondió con un par de mordiscones; al tiempo que intentaba deshacerse de mi abrazo. Le puse una mano entre sus muslos mientras luchaba  para mantenerlos cerrados. Iniciamos una verdadera lucha, yo intentando abrir sus labios que mantenía completamente cerrados, y tratando de mantener mi mano entre sus pierna; jadeabamos por el esfuerzo, de pronto abrió los labios mientras de a poco  empezó a responder a mis besos  aflojando la presión de sus piernas. Continué el ascenso de mi mano hasta notar sus bragas húmedsa, con sus brazos intentaba alejarme mientras su boca se fundía con la mía, ya no luchaba contra mi sino con ella misma. Nuevamente intentaba  cerrar los muslos mientras me apoderaba  de su sexo ingresando por el costado de sus bragas blancas. Comencé a frotarle lentamente  la vulva y el clítoris mientras me repetía  “no, no, no” y su pelvis se movía de manera circular. Al intentar penetrarla con mi dedo del medio me detuvo la mano y sólo lo dejó libre cuando abandoné mi intento. Le tomé una mano de ella para ponerla en mi sexo erecto pero se negó a hacerlo, estaba en trance y entregada por entero  a la búsqueda de su propio goce. Luego de un quejido interminable me mordió los labios mientras arqueaba su pelvis para llenar mi mano con  sus jugos. Inmediatamente  me dio un empujón, se levantó de un salto y salió  a la carrera de mi habitación, quedé sumamente excitado y con una gran culpa por una situación que literalmente se me había escapado de las manos.
A partir de ese momento me evitó y nunca mas pude recrear la situación ni tampoco hablar de lo que había pasado.
          Pasó el tiempo, yo me fui a otra ciudad  y cada vez que volvía a visitar a mi familia, no tenía la oportunidad verla, y si estábamos en reuniones familiares, hacía lo posible para no tener contacto conmigo.
Cumplí  20 años cuando me enteré que había quedado embarazada y se casó con su noviecito, por imposiciones familiares tuve que asistir a la ceremonia.
La noche anterior al casamiento mi tía  me pidió que pasara  a buscar a mi prima, por  la peluquería. El saludo fue frío y mientrad conducía en silencio, sonaba en el estereo “… y tardé en olvidarte 19 días y 500 noches…”
Nos detuvimos en la puerta de su casa, apoyó una mano en mi bragueta mientras me regalaba un largo y húmedo beso y despacito me decía al oído  “esperé que tu me hicieras la despedida de soltera, pero no llegaste”.
Siempre fuiste un gilipollas conmigo.
Meses después tuvo una hija y parecía que nuestros caminos se habían terminado de separar.
          Al año siguiente para fin de año mientras Lorena se encontraba de vacaciones con su familia, falleció la madre de su marido, por lo cual  el marido se volvió  en el primer vuelo que encontró y ella manejando con  la niña en el auto.
La familia se encontraba preparando el velatorio, y en un momento mi tío me llama y me dice “Tu prima se quedó a medio camino con el auto, está en una estación de servicio, ¿puedes encargarte de ir a buscarlas?. No vuelvan enseguida es mejor que se queden a pasar la noche y salgan temprano”
Llegué a las dos de la mañana estaba en un pequeño hotel; “la niña  estaba insoportable”, me dijo, convenimos salir a las 6 de la mañana para llegar a tiempo para el entierro.
 Pedí una habitación al lado de ella, nos despedimos luego de comer un bocadillo. Me dí una ducha rápida, el calor era insoportable y cando salí estaba desnuda dentro mi cama.
Ven aquí, tenemos algo pendiente desde que era una niña, me dijo. Y mientras me acercaba me tomó de las nalgas mientras engullía mi miembro semierecto, con una mano le imprimía un movimiento de rotación hacia ambos lados mientras que con la boca entraba hasta el fondo; me acomodé de tal modo que pude poner mi cabeza entre sus piernas y comencé a pasarle la lengua por su sexo, su clítoris estaba a punto de  estallar mientras lo succionaba, le introduje la lengua al tiempo que se la movía de atrás para adelante, de pronto comenzó a gemir mientras me pedía a los gritos que la penetrara.. Se sentó arriba mío empalándose hasta el fondo, jadeaba pesadamente, se apoyaba en la punta de los pies desplazandose hacia arriba, para luego dejarse caer hasta quedar totalmente penetrada. Me levanté sosteniéndole las nalgas con las manos mientras la apoyaba contra la pared, me rodeó con las piernas al tiempo que la sentía que se venía una y otra vez en una serie de movimientos convulsivos que no tenían fin. No te corras, no te corras por favor me gritaba mientras continuaba sus movimientos frenéticos de su pelvis. A la cama a la cama me pidió mientras nos revolcabamos salvajemente. El tiempo se detuvo, sólo  sentir el roce de nuestros sexos nos volvía a una realidad, le agarraba los pechos mientras le mordía los pezones al tiempo que descargaba furiosamente dentro de  ella.
Fue una noche sin descanso, su búsqueda era continua cuando yo ya no podía mas usaba la boca para mantenerme a tono,  el despertador me salvó  anunciando que teníamos que partir.
Pasó un año  cuando volví me encontré con  el marido en la puerta de la mueblería, llevaba a una niña de la mano y a otra en un cochecito; “y esta quien es”,  le pregunte. “Es Amalia tiene tres meses, saludá a tu nueva sobrina” me dijo,  me acerqué, y ví que me ofrecía los bracitos mientras me sonreía y me miraba con unos ojos verdes iguales a los míos.
                                                                    

domingo, 16 de octubre de 2011

Resurrección

Eliana fue mi primera novia cuando todavia no había cumplido los 16 años, ella tenia 14, ambos descubrimos juntos y de a poco el sexo, nuestra inexperiencia nos llevaba a vivir siempre buscando un lugar donde quedar solos y lo hacíamos en cualquier lugar. No nos importaba nada, vivíamos para follar, en la cocina de su casa mientras sus padres miraban televisión en la sala.
Por la noche me escabullia por la ventana de su habitación, tirábamos el colchón al piso y le tapaba la boca con la mano para ahogar sus gritos. Sus padres no me querian con ella, para ellos no era mas queun guarro.
Luego del secundario me fui a estudiar a otro país por lo cual nuestra relación se mantuvo por carta hasta que el padre consiguió un trabajo en Sud Africa y allá se fueron.
Seis meses mas tarde recibí un telegrama de su hermano que escuetamente decía: " Eliana falleció en accidente ".
Y les aseguro que a esa edad esa situación me tuvo muy mal durante un par de años.
Posteriormente no creo haber querido a nadie como a ella. Pasaron veintitrés años y un día me llega un pedido de amistad en Facebook de Eliana McCooper. Quien eres le respondo. -soy Eliana la novia que olvidaste hace mas de veinte años. Confieso que el corazón se me detuvo, nos pasamos los teléfonos, la llamé y pasaron varias horas de conversación telefónica intentando entender lo que había ocurrido.
Estaba casada y con dos hijos viviendo en Madrid. Un día me llama y me avisa el jueves llego a Barcelona. La espere el aeropuerto. La vi radiante, hermosa mucho mas de lo que la recordaba.
No tuvimos tiempo sino de llegar a un hotel y ya nos íbamos arrancando la ropa para asombro del encargado. Empezamos a comernos las bocas de manera furiosa, a acariciarnos el uno al otro, de pronto me vi lamiendole el coño y metiendo la lengua por todas sus oquedales, ella chupando con una maestría difícil de igualar. Luego ponerme encima de ella y se la metí con desesperación... de pronto cuando disfrutábamos de ese meneo profundo y rápido, vi mi imagen reflejada en el espejo follando y caí en cuenta, que sus besos no tenían gusto a nada, su piel era desconocida y su sexo no despertaba nada mas que la excitación del roce.
Estaba follando mecanicamente como si lo hiciera a una muñeca hinchable. Ya repuestos y sentados en la mesa me di cuenta, mientras la miraba, que para mis sentidos y mis sentimientos seguía estando muerta, y les juro que no es fácil hacer el amor con un fantasma.