domingo, 16 de octubre de 2011

Resurrección

Eliana fue mi primera novia cuando todavia no había cumplido los 16 años, ella tenia 14, ambos descubrimos juntos y de a poco el sexo, nuestra inexperiencia nos llevaba a vivir siempre buscando un lugar donde quedar solos y lo hacíamos en cualquier lugar. No nos importaba nada, vivíamos para follar, en la cocina de su casa mientras sus padres miraban televisión en la sala.
Por la noche me escabullia por la ventana de su habitación, tirábamos el colchón al piso y le tapaba la boca con la mano para ahogar sus gritos. Sus padres no me querian con ella, para ellos no era mas queun guarro.
Luego del secundario me fui a estudiar a otro país por lo cual nuestra relación se mantuvo por carta hasta que el padre consiguió un trabajo en Sud Africa y allá se fueron.
Seis meses mas tarde recibí un telegrama de su hermano que escuetamente decía: " Eliana falleció en accidente ".
Y les aseguro que a esa edad esa situación me tuvo muy mal durante un par de años.
Posteriormente no creo haber querido a nadie como a ella. Pasaron veintitrés años y un día me llega un pedido de amistad en Facebook de Eliana McCooper. Quien eres le respondo. -soy Eliana la novia que olvidaste hace mas de veinte años. Confieso que el corazón se me detuvo, nos pasamos los teléfonos, la llamé y pasaron varias horas de conversación telefónica intentando entender lo que había ocurrido.
Estaba casada y con dos hijos viviendo en Madrid. Un día me llama y me avisa el jueves llego a Barcelona. La espere el aeropuerto. La vi radiante, hermosa mucho mas de lo que la recordaba.
No tuvimos tiempo sino de llegar a un hotel y ya nos íbamos arrancando la ropa para asombro del encargado. Empezamos a comernos las bocas de manera furiosa, a acariciarnos el uno al otro, de pronto me vi lamiendole el coño y metiendo la lengua por todas sus oquedales, ella chupando con una maestría difícil de igualar. Luego ponerme encima de ella y se la metí con desesperación... de pronto cuando disfrutábamos de ese meneo profundo y rápido, vi mi imagen reflejada en el espejo follando y caí en cuenta, que sus besos no tenían gusto a nada, su piel era desconocida y su sexo no despertaba nada mas que la excitación del roce.
Estaba follando mecanicamente como si lo hiciera a una muñeca hinchable. Ya repuestos y sentados en la mesa me di cuenta, mientras la miraba, que para mis sentidos y mis sentimientos seguía estando muerta, y les juro que no es fácil hacer el amor con un fantasma.

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