viernes, 21 de octubre de 2011


Irene era la compañera de trabajo que ocupaba la oficina en frente de mi escritorio, era la jefa de  auditoría. Vestía  totalmente asexuada y anodina, lo que  no hacía fácil de adivinar su  edad. Usaba unos anteojos de carey muy grandes peinaba su pelo rojizo en un rodete, siempre blanca, los labios apenas pintados y con un vestido por debajo de la rodilla y siempre con algún tipo de prenda que disimulaba las formas de su cuerpo. Tímida, siempre mirando al piso  difícilmente levantaba la mirada para socializar con sus compañeros a los cuales mantenía una considerable distancia. No asistía a las fiestas de la oficina ni a las salidas nocturnas que de tanto en tanto se organizaban.
Un viernes de invierno me  quedé  en la oficina, desbordado de trabajo para no tener que llevarme nada a casa y pasar un fin de semana tranquilo, estaba solo en la oficina con el personal de limpieza circulando por los pasillos.
Mientras ordenaba mis cosas para irme se largó una tormenta de viento lluvia y rayos que hacían temblar el edificio. Tenía que caminar casi 200 metros en el estacionamiento donde tenía el auto y cansado de esperar que escampe corrí esa distancia  llegando  al auto completamente empapado, entré y rápidamente se empañaron los cristales,  mientras esperaba que mejorara la visibilidad  del interior observo una figura que corría hacia mi, era Irene completamente mojada. 
Irene entrá  que te estas empapando!!  Abre la puerta y me dice: “ te voy a mojar todo el tapizado, el auto se me detuvo a tres cuadras, me quedé sin carga en el móvil y volvía a pedir una grúa cuando me agarró la tormenta”.
La miré detenidamente ya que la lluvia había obrado un milagro: el pelo suelto y mojado, la ropa pegada al cuerpo como segunda piel insinuaban unos pezones oscuros en  unas tetas que pugnaban salir de esa blusa. 
Luego de decirme donde vivía, que era al otro extremo de la ciudad le dije. Si me permites pasar por casa, me cambio de ropa que la tengo empapada, te secas un poco y te llevo porque con este tiempo no podrás encontrar ningún taxi. Me hizo un gesto de asentimiento y al responder con monosílabos los intentos de comunicación, subí el volumen del reproductor y los próximos 20 minutos lo hicimos en silencio. Llegamos al piso métete en la  ducha que pillarás una congestión, y dame tu ropa que la pongo en el secaropas, no te preocupes que  tengo dos baños, le dí dos  toallas gigantes mientras entraba al baño de mi habitación. - Veo que tienes brandy puedo servirme una copa? -  si, sírveme una a mi. 
Me di una ducha rápida para entrar en calor, me puse un albornoz, salí  al dormitorio para coger ropa limpia. Por el espejo la veo salir del otro baño envuelta en un toallón. Nos sentamos en la sala y serví su  copa vacía, “Uy me la vacié de un trago, tenía mucho frío”. Al alcanzarle la copa  observo una transformación,  sus mejillas encendidas por el brandy,  sus labios húmedos y rojos, con una gran sonrisa y los ojos con un brillo desconocido.
Lograste lo que nadie, que me sienta bien y contenta, me dice. - Yo no el brandy. Dime Irene porque actúas con ese personaje tan distinto en la oficina?.
Es la única manera de parar el acoso, me fui de dos trabajos por intentar ser yo misma y si no me acosaban los jefes lo hacían  mis compañeros.
Quieres llamar por teléfono para avisar de tu demora?
No tengo a nadie a quien rendir cuentas. Vivo sola aunque mi piso no es tan grande como el tuyo. Aquí hay una mano femenina, vives con alguien?
No una señora que viene tres veces por semana y me deja todo reluciente, yo no estoy mucho,  llego tarde a dormir.
-No creo que duermas solo
-Yo tampoco de ti
-No dije que lo hiciera
-Yo tampoco.
Me incliné hacia ella mientras le metía los dedos entre el pelo húmedo y tomándola de la nuca la atraje para besarla.
-No sigas con eso, no me hagas romper el voto de con nadie del trabajo.
La seguí acercando hasta rozar sus labios con los míos, y mirando  sus ojos color esmeralda le digo: tienes razón no quiero ser la causa de tus fustraciones.
Se levantó como ofendida me agarro la cabeza y me estampó un beso profundo y largo mientras retiraba la toalla que le cubría el cuerpo.
-No sabes con quien te metiste, pero esto te va a salir muy caro.
-Estoy dispuesto a pagar el precio, le dije mientras agarraba con ambas manos las tetas y acercaba mi lengua para pasarla por sus pezones. Me abrió el albornoz y agarró mi polla delicadamente mientras se inclinaba para tomarla con la boca, paseo la lengua de arriba hacia abajo mientras metía un testículo en su boca...
-adoro los hombres que tienen los huevos juntos y no colgando. Nos deslizamos hacia la alfombra mientras bajaba mi cabeza lentamente lamiéndole el ombligo, las ingles, metí la nariz en su mata rala aspirando su esencia, baje con los labios tocando suavemente su vulva, moví el labio inferior en su clítoris que asomó desde su capuchón, lo aspiré suavemente y  con la punta de la lengua lo estimulaba; notaba el estremecimiento que esto le producía abriendo mucho mas las piernas. Le pase la lengua suavemente al principio luego chupe sus labios, metiendo mi lengua en su vagina y moviéndola lateralmente…”ven aquí que me corro, méteme algo por favor”, le introduje dos dedos y los moví hacia arriba y abajo, cogíó mi mano para aumentar el movimiento y empezó a mojarme la mano, se corría al tiempo que soltaba un alarido, los espasmos no cedían y se revolcaba de uno a otro lado mientras tiraba de mis cabellos para ponerme arriba de ella. Le metí mi polla mientras seguía gritando no no no!! Intente ahogar sus gritos con un beso sus espasmos eran continuos, los ojos estaban en blanco, me dio vuelta y se puso a horcajadas mientras se movía con furia “hijo de puta, hijo de puta noooooo”. Los gritos eran terribles, perdí la concentración, quería hacerla callar, ella apoyada con sus manos en mis muñecas seguía frotándose moviendo la pelvis de manera circular “ noooooo, hijo de puta nooooo”…
De pronto unos golpes en la puerta “ Pablo que pasa ahí, abrí la puerta o llamo a la policía” mi vecina del piso de abajo una maruja solterona que se había prendido al timbre de  mi puerta.
Nos empezamos a reir, Irene se levantó desnuda y abrió la puerta “… nada señora la estoy pasando muy bien, quiere ud. participar”
-Desvergonzados voy a llamar a la policía…
- Vaya a hacerse unas puñetas y aprenda lo que es gozar!!!
Esta vieja me cortó en lo mejor. Ven niño que me voy a hacer cargo de ti, ven aquí pobrecillo!!.
Y se hizo cargo de mí toda la noche del viernes, el sábado hasta la tarde del domingo, cuando se fue lo hizo porque ya no lograba ninguna respuesta de parte mía que había quedado literalmente liquidado y sordo.

El lunes a medio día me llegó un memo de traslado a otra sección y una nota adherida a un clip metálico “Te dije que te iba a salir muy caro, así estoy tranquila con mi conciencia y no pierdo la línea ante el resto besos”

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