El lunes luego de pensarlo mucho, me animé, me bañé y vestí para la ocasión
con un minivestido amarillo ligeramente traslúcido, con un hombro descubierto, y
volados desde el hombro izquierdo hacia el busto del otro lado. Un cinto y zapatos del mismo color de taco muy alto y
por supuesto sin nada debajo, tenía la certeza que la ropa no iba a durar
puesta por mucho tiempo.
Toqué el timbre, llevaba una botella de cava y dos rosas rojas.
Me abrió la puerta Abel, ingresé a un amplio salón con instrumentos de
música, un piano de cola y varios violines
y cellos formaban parte de los muebles de ese lugar, me tomó de la cintura y me
hizo pasar a una habitación mas pequeña con sillones y sofás que rodeaban la
estancia, de color blanco con cojines color lavanda, muy espaciosos y
confortables.
-
Hola yo soy Tere ven y siéntate, ¿te apetece
beber algo? Nosotros estamos bebiendo un mojito
-
Si esta bien.
Coño como la pasáis vosotros, habéis sacado mi lado de mirona, que no
sabía que estaba; me hicisteis sentir una completa guarra.
-
¿Te gusta mirar?
-
Es que no me había pasado nunca, fíjate que el
porno no me llama la atención.
Tomamos unos tragos, nos fumamos un porro, nos fuimos relajando. Tere
se acercó me puso las piernas entre las
mías y mientras me besaba abría mis piernas, acarició mi muslo con el dorso de
los dedos hasta llegar a mi coñito depilado, me hizo una pequeña caricia
superficial separando ligeramente los labios. Sentí un estremecimiento.
Abel se acercó por detrás y le sacó por arriba la túnica iraní que ella
vestía, le besó el cuello y descendió por la espalda mientras Tere se
arrodillaba y yo acomodaba mi pelvís hacia delante. Comenzó lamiendo y
separando mis labios con los dedos de una mano sorbiendo entre sus labios los
míos y chupando levemente hasta aumentar la presión, luego me tocó con la punta
de la lengua mi clítoris mientras me dejaba llevar, me sentía muy húmeda.
-¡Que bien que sabes niña!
Introdujo dos de sus dedos dentro mío mientras me contraía de placer,
luego los sacó y se los puso en la boca de Abel el cual con la lengua se ocupó
de mi humedad.
Abel estaba sentado, la boca de Tere le devoraba la polla, levantó la pierna ofreciéndome su pequeño y
rosado coño. Le puse la boca pasando mi lengua por dentro sus labios, moviendo
alrededor de su clítoris que comenzaba a hincharse, era un clítoris inmenso,
como la falange de mi dedo meñique, le puse los labios y comencé a succionarlo
mientras que con la punta de la lengua le movía en todas direcciones. Comenzó a
gemir con un “u” continuo. Abel la levantó con las manos detrás de las rodillas,
la penetró y se sentó en el borde del
sillón, volví a tomar su clítoris con mi boca mientras se corría a caudales,
Abel sacó la polla y me la puso en la boca, comencé a devorarlo hasta el fondo,
hasta que su pubis tocara mi nariz y las lágrimas asomaban a mis ojos, repetí
varias veces la maniobra y pude sentir en el fondo de la garganta un chorro
caliente, tragué y terminé de limpiar su polla con la lengua. Sentí que Tere me
empujaba hacia delante mientras sentía que dirigía algo que me introducía
lentamente en el coño y luego cogiéndome de las tetas comenzó a moverse
follándome rápido, era un arnés con un vibrador de látex que comenzó a hacerme
correr de una manera inmediata, mientras
me corría Tere gemía y se movía como si se corriera, mi curiosidad fue
satisfecha ya que el arnés llevaba dos vibradores, uno corto y ancho que
llevaba adentro de su coño y el otro mas largo con el que me había follado.
Quedamos las dos desnudas en el sillón, jugando con nuestras manos y
nuestros cuerpos mientras Abel preparaba la cena. Nos corrimos un par de veces.
Luego de cenar y beber el cava, desnudos como estábamos comenzamos a
jugar los tres en un todos contra todos. Tere me colocó el arnés penetrándome
con el vibrador corto y encendiendo el vibrador al máximo, el grosor me llenaba
y la vibración era completamente excitante, luego le colocó un gel al
consolador largo y me dijo, quiero ver como lo follas por el culo, quiero que
se comporte como una puta.La imagén me excitó mucho, lo penetré ayudado por Tere
y comencé a follarlo mientras ella entre sus piernas le comía la polla, Abel
gemía, yo pensé que de dolor, por lo cual disminuí mis movimientos pero con las
manos en mis nalgas me hizo señas de que
siguiera, lo estaba disfrutando.
-Tere me voy a correr, quiero hacerlo en tu culo
Tere se puso de rodillas apoyando el vientre en el sillón y le ofreció el trasero al que ella con su saliva, la penetró con brusquedad; Tere
respondió con gritos mientras el se movía entre en consolador con el que estaba
penetrado y el culo de Teresa, la escena mas el vibrador en mi coño hizo que me
corriera a los gritos a lo cual me siguió Abel y Tere.
Va para ti y tu morbo Maria, total es tu historia
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